Moscú. El conflicto entre la cúpula militar rusa y el controvertido magnate Yevgueni Prigozhin, dueño del grupo de mercenarios Wagner, continúa subiendo de tono después de que se le ordenó permanecer en sus posiciones en Bakhmut bajo la amenaza de cometer “traición a la patria” en caso de abandonarlas y, si no recibe las municiones que él insiste en reclamar, no debería descartarse la posibilidad de que termine en una balacera con… las tropas rusas.
A través de sus medios y canales en Internet, Prigozhin difundió ayer un panorama de la situación en Bakhmut que no se corresponde con los partes de guerra siempre exitosos del ministerio de Defensa. Sostiene que Bakhmut “no tiene ninguna importancia estratégica” y que aceptó enviar ahí a sus hombres para ganar tiempo después de los “descalabros del ejército regular en Járkov, Jersón y otras regiones”, así como para “agotar a las tropas enemigas y permitir la llegada de refuerzos mediante la campaña de reclutamiento”.
Cuenta que la “efectividad del molino de carne de Bakhmut comenzó a decaer desde abril pasado por rivalidades internas” y los Wagner empezaron a recibir menos municiones, mientras “el ejército de Ucrania empezó a preparar su ofensiva”. Explica que, al “ver reducido el número de sus combatientes” (entre muertos y heridos) se vio en la necesidad de ceder los flancos al ejército ruso. “Ahora –agrega– existe el riesgo real de que el grupo Wagner caiga en un cerco por las fallas en los flancos, que se están cayendo en pedazos”.
Se queja de que “sin municiones, el molino funciona a la inversa: el ejército ucranio va a machacar al grupo Wagner”, por eso dijo que el 10 de mayo se retirarían de ahí para “salvar la vida” de los combatientes, el 6 prometieron entregar las municiones que solicitó, el 8 y el 9 no llegaron y todavía siguen esperándolas.
Prigozhin se siente acorralado –no puede conquistar Bakhmut y tampoco replegarse– y denuncia que el ejército ruso no le brinda la ayuda que necesita no sólo para certificar en esa ciudad en ruinas la victoria que busca desde el verano pasado, sino para frenar las exitosas incursiones que comenzaron las tropas ucranias con el fin de recuperar territorio.
Situaciones embarazosas
Video tras video a través de sus canales en Internet, el empresario en funciones de comandante de su ejército privado arremete contra los máximos responsables de la “operación militar especial” y revela secretos que dejan en una situación embarazosa al ejército.
La noche del martes, el mismo Día de la Victoria (sobre la Alemania hitleriana en la Segunda Guerra Mundial) dio a conocer que una unidad del ejército regular ruso “huyó y abandonó sus posiciones” en un flanco del frente de Bakhmut, lo que costó la vida a 500 combatientes del grupo Wagner. Dijo también que los mercenarios del destacamento Fakel (Antorcha), financiado por el consorcio del gas Gazprom, se negaron a acudir en su ayuda, lo cual dejó sin protección un área de dos kilómetros de ancho y 500 metros de profundidad.
“Podemos confirmarlo. La información de Prigozhin sobre la huida de la Brigada Separada Mecanizada 72 del ejército ruso y sobre ‘los 500 cadáveres’ que dejaron allí es cierta”, indicó ayer en un comunicado la Tercera Brigada de Asalto del ejército ucranio, que acompañó el texto de un video que muestra a soldados corriendo y dejando abandonados vehículos blindados y piezas de artillería.
En su siguiente video, Prigozhin dejó este mensaje críptico:
“Hay gente que combate y hay gente que una vez en su vida leyó en algún sitio que hay que tener reservas y acumulan, acumulan, acumulan para tener esas reservas. Y en lugar de gastar un proyectil, de matar a un enemigo, de conservar la vida de nuestros soldados, los matan.
“Y un abuelito feliz cree que todo está bien. ¿Y qué debe hacer el país? Si resulta que tiene razón, que Dios nos colme de salud a todos. Pero ¿qué debe hacer el país, qué deben hacer nuestros hijos, nuestros nietos, qué futuro tendrá Rusia y cómo ganar la guerra si por alguna casualidad, me atrevo sólo a aventurarlo, resulta que ese abuelito resulta ser un rotundo pendejo?”
Cansado de que los medios le hicieran la misma pregunta, respondió la tarde de ayer a quien tenía en cuenta al referirse a un “abuelito feliz” como responsable de que los Wagner no reciban las municiones suficientes.
Su aclaración sólo acabó de dar la razón a quienes de inmediato identificaron de quién depende el futuro de las generaciones venideras y de Rusia si se pierde la guerra y no es el caso de los tres que mencionó, más aún que uno de los candidatos es mujer:
“No me refería a quien todos creen. El ‘abuelito feliz’ puede ser, ustedes decídanlo, el general Mijail Misintsev (que hace poco pasó a retiro y dejó el cargo de jefe de la logísitica del ejército ruso), el general Valeri Guerasimov (jefe del Estado Mayor y comandante en jefe de la operación en Ucrania) y Natalia Jim (activista pro rusa que prometió mandar municiones al grupo Wagner desde Donietsk)”.
Reunión en Moscú
Los cancilleres de Irán, Rusia, Siria y Turquía se reunieron ayer en la capital rusa para buscar la forma de normalizar las relaciones entre Ankara y Damasco, rotas en 2011 al estallar la guerra civil siria y tomar los turcos partido por una de las facciones.
En su calidad de anfitrión, Serguei Lavrov criticó a Estados Unidos al decir que “no sólo reconoció a las autoproclamadas autoridades kurdas y las llena de todo tipo de armamento, sino que tiene la intención de crear un ‘ejército de Siria libre’ con participación de representantes de las tribus árabes locales, de combatientes del Ejército Islámico y de otras organizaciones terroristas”.
El objetivo “es evidente: utilizar a esos combatientes contra el gobierno legítimo de Siria y desestabilizar la situación en ese país”, según el ministro ruso de Relaciones Exteriores.
A propuesta de Lavrov, los cuatro países –en su primer encuentro a nivel de titulares de las respectivas diplomacias, después de varios contactos de los ministros de Defensa, los vicecancilleres y jefes de los servicios de inteligencia– “acordaron elaborar una hoja de ruta para promover las relaciones entre Turquía y Siria”, informó la cancillería local.
Destaca, en su comunicado, que “el intercambio de opiniones de los ministros se dio en un ambiente constructivo, por lo cual estuvieron de acuerdo en seguir manteniendo contactos a alto nivel y negociaciones de expertos a cuatro bandas”.
La hoja de ruta, que se encargó diseñar a los viceministros de Relaciones Exteriores, en coordinación con los ministerios de Defensa y los servicios de inteligencia de cada uno, debe estar lista para la siguiente reunión ministerial del llamado formato de Astaná, una de las dos plataformas –junto con la de Ginebra, promovida por Naciones Unidas– creadas para tratar de facilitar un arreglo político en Siria.