Washington. La inflación anual se moderó en abril en Estados Unidos y se ubicó en 4.9 por ciento, su nivel más bajo desde abril de 2021, informó este miércoles el Departamento de Trabajo.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), sobre el que están indexadas las pensiones, fue de 0.4 por ciento el mes pasado, tras avanzar 0.1 por ciento en marzo, debido a los elevados precios de los alquileres y gasolinas, mientras la inflación subyacente –que excluye los precios de alimentos y energéticos– se mantuvo fuerte por el repunte de los precios de los autos usados, lo que podría garantizar que la Reserva Federal (Fed) mantenga las tasas de interés elevadas durante un tiempo.
Sin embargo, hubo espacios de alivio para los consumidores, ya que el informe del Departamento de Trabajo mostró que los precios de los alimentos consumidos en el hogar disminuyeron por segundo mes consecutivo y los costos del gas natural y la electricidad descendieron; los de servicios como las tarifas aéreas y las habitaciones de hotel también están disminuyendo.
El aumento anual de los precios generales al consumidor se desaceleró a menos de 5 por ciento por primera vez en dos años. En los 12 meses transcurridos hasta abril, el IPC aumentó 4.9 por ciento, el alza anual más pequeña desde abril de 2021.
Si bien esta nueva cifra muestra un paso en la dirección correcta de las autoridades económicas, se mantiene muy por encima de los niveles previos a la pandemia del covid-19.
La información divulgada fue destacada por el gobierno del demócrata Joe Biden.
“Considerando el informe de hoy, la inflación anual ha bajado 45 por ciento desde el verano pasado”, hizo énfasis la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado.
“La tasa de inflación anual ahora ha bajado 10 meses seguidos en un momento en que nuestra economía y el mercado laboral son fuertes, con la tasa de desempleo en su nivel más bajo en más de 50 años”, afirmó.
Pese a la moderación, la inflación sigue siendo más del doble del objetivo de 2 por ciento de la Fed, lo que, junto con la resiliencia del mercado laboral, hace que sea poco probable que el banco central comience a recortar las tasas este año como esperan ahora los mercados financieros.