La belleza, el erotismo, la decadencia, la muerte y el honor son los temas abordados por Mizoguchi y el templo de la belleza, obra escrita y dirigida por Carlos Virgen que se mantiene en temporada hasta el 26 de mayo, los viernes a las 20 horas, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán, CDMX).
El espectador acompaña al protagonista en su travesía por la memoria y una lucha interior, así como en el dilema de tener que optar entre el camino de la muerte, la belleza y la eternidad o el de la vejez y la decadencia en vida.
Con una duración aproximada de 80 minutos, esta pieza se inspira en textos de Yukio Mishima (1925-1970) y de George Bataille (1897-1962) que abordan esos temas de naturaleza ontológica, si bien la principal fuente es el Pabellón de oro, una de las novelas más importantes de aquel poeta, narrador y dramaturgo japonés, cuyo personaje principal es Mizoguchi, un aprendiz de monje budista tartamudo.
“La propuesta es muy interesante porque son temas atemporales y universales. Hay que recordar que Mishima, el autor de El pabellón de oro, estaba obsesionado con las ideas de la belleza y de la decadencia del cuerpo. Él se suicida, comete seppuku o haraquiri, el suicidio ritual de los samurái, cuando tiene 45 años”, explica el creador escénico.
“Una de sus razones es porque teme envejecer y básicamente está obsesionado con la belleza física. Sin entrar en esos extremos, creo que son temas que nos conciernen a todos, son parte de nuestra condición humana, temas que nos vamos preguntando cuando llegamos a cierta edad. Las idea de eternidad, permanencia y belleza son universales.”
La historia de Mizoguchi y el templo de la belleza se remonta a 1970, cuando el protagonista, que se ha mantenido prófugo de la justicia, regresa a su pueblo natal para asistir al funeral de su madre. Han pasado 20 años desde que prendió fuego y destruyó Kinkaku-ji (el Templo Dorado).
“El delirio polifónico comienza cuando la madre lo interpela desde el umbral que divide la vida y la muerte, lo cual es suficiente para transportarlo al pasado y recordar lo que sucedió en las últimas dos décadas”, señala la sinopsis del espectáculo.
“Mizoguchi revive su obsesión por el Templo Dorado, las motivaciones nihilistas que lo llevaron a destruirlo, las razones por las que decidió no suicidarse en el último momento y, sobre todo, por las que ha cambiado de parecer. ¿Qué camino escogerá ahora que ha regresado? ¿El de la muerte, la belleza y la eternidad, o el de la vejez y la decadencia en vida?”
El elenco del montaje, que cuenta con música original de José de la Parra, está integrado por Horacio Trujillo, Mariana Arocena y Mariana Amero.