La llegada de un bebé cambia la vida de una mujer y de la pareja, y el posparto es complicado, debido a los cambios hormonales, la recuperación física, la lactancia y el reto emocional que implica tener un hijo.
Peanut, la primera comunidad en línea que conecta a mujeres en todas las etapas de la maternidad, realizó la Encuesta de Sexo Postparto, a fin de conocer cómo han vivido esta situación las mamás mexicanas y cómo ha cambiado su vida sexual después del nacimiento de su bebé; el escrutinio arrojó que 90 por ciento disminuyó la frecuencia de las relaciones sexuales tras el parto.
Aparte, Eusebio Rubio Aurioles, médico con doctorado en sexualidad, dijo a La Jornada que “la maternidad no acaba con la vida sexual”, pero sí existen diversos factores que impiden recuperarla de inmediato, desde temas hormonales hasta físicos. Luego de unas semanas “es posible recuperar la intensidad de la vida erótica, hay que tener calma. Se debe tener contacto con lo que el cuerpo pide y necesita, y también darle espacio sicológico al niño o niña” que acaba de nacer.
En el sondeo, poco más de la mitad de las mujeres consultadas (54 por ciento) afirmó tener relaciones sexuales una vez a la semana y sólo 6 por ciento todos los días; 68 por ciento afirmó que les resultaba difícil recuperar el deseo sexual tras el parto y 65 por ciento dijo que después del nacimiento de su bebé había aumentado su inseguridad respecto de las relaciones sexuales.
“La falta de confianza con su imagen es una de las principales razones por las que las madres encuestadas afirman que su vida sexual se ve afectada; 92 por ciento reveló que su físico cambió tras el parto y 74 por ciento dijo que esto les hace sentirse inseguras en el sexo.”
Rubio Aurioles, ex presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, explicó que una “variedad de cosas modulan la intensidad del deseo y el embarazo es un proceso profundamente corporal, y ocurren diversas modificaciones hormonales en la gestación y en el postparto que tienen impacto en la disponibilidad y facilidad corporal para tener actividad sexual.
“En lo corporal cambian las dimensiones del aparato genital femenino, la elasticidad de la vagina, del cuello uterino y útero creció y toma tiempo en regresar a sus dimensiones naturales. Además, después del parto hay una disminución en la producción estrógenos y ocurre un cambio en el epitelio vaginal, lo que hace más difícil la lubricación. También se modifica el deseo sexual a causa de la prolactina, pero todo eso es transitorio.”
El sondeo de Peanut arrojó que el cansancio extremo influyó en la falta de relaciones sexuales (71 por ciento), el estrés (44), el dolor por el parto (13) y la falta de pareja (8).
Rubio destacó que la vida sexual no se reduce al coito. “La cuestión erótica no está limitada a la cópula; tiene una riqueza mucho mayor”.