Nueva York. Un jurado del tribunal federal de Nueva York declaró ayer a Donald Trump responsable de agredir sexualmente, aunque no de violación, y de difamar a la ex periodista E. Jean Carroll, a quien tendrá que resarcir con 5 millones de dólares por daños y perjuicios, en una sentencia que podría perseguir al republicano en su campaña para volver a la Casa Blanca.
Es la primera vez que Trump es considerado responsable legal de toda una serie de acusaciones de agresión sexual que pesa en su contra. Sin acudir a las deliberaciones del juicio, que no fue penal, calificó desde la red Truth Social de “vergüenza” la sentencia, y reiteró: “no tengo ni idea de quién es esta mujer”.
Unas tres horas llevó a los nueve miembros del jurado, de seis hombres y tres mujeres, a declarar responsable de las acusaciones al magnate.
En el caso se determinó que Carroll no probó que Trump la violó en 1996 en un vestidor de la tienda departamental Bergdorf Goodman, en Manhattan. Sin embargo, los letrados encontraron que abusó sexualmente de ella, un delito menos grave, y también que la difamó luego de que hizo públicas las acusaciones de violación en un libro que salió a la luz en 2019.
La ex columnista de asesoramiento de la revista Elle, de 79 años, denunció al ex mandatario, de 76, el año pasado por ambos cargos, después de que él tildó de “completa estafa”, “falsedad” y “mentira” las acusaciones en la publicación. Además, la tildó de “loca” que inventó “una historia fraudulenta y falsa” para vender una autobiografía.
La mujer pidió una indemnización por daños y perjuicios no especificada, además de una retractación de lo que, según ella, fueron las negativas difamatorias del ex mandatario a sus acusaciones.
“Hoy, el mundo por fin conoce la verdad. Esta victoria no es sólo para mí, sino para todas las mujeres que han sufrido porque no se les creyó”, expresó Carrol en un comunicado tras el veredicto. Aseguró que presentó la demanda “para limpiar mi nombre y recuperar mi vida”.
“Nadie está por encima de la ley, ni siquiera el ex presidente de Estados Unidos”, comentó Roberta Klapan, su abogada, quien recordó que “por demasiado tiempo los sobrevivientes de agresiones sexuales han hecho frente a un muro de duda e intimidación”.
La ex periodista salió del tribunal sonriente sin hacer declaraciones. “¡Eres muy valiente, gracias!”, le dijo una de las personas congregadas a la salida del tribunal en el sur de Manhattan.
Luego de un interrogatorio durante el juicio, que duró dos semanas, Joe Tacopina, el abogado del magnate, fue a estrechar la mano de una emocionada Carroll tras conocerse el fallo.
La defensa critica la “atmósfera de circo”
Afuera del juzgado, Tacopina informó que van a impugnar. También defendió la ausencia de Trump en la sala del tribunal y su decisión de no testificar en su propia defensa, porque “se creó una atmósfera de circo”.
Indicó que su cliente negó la acusación de la demandante en una declaración en video que se mostró al jurado. Añadió que a los abogados de la ex escritora nunca se les debería haber permitido reproducir la grabación de Access Hollywood de 2005 para el jurado, en la que se capta a Trump jactándose en términos vulgares de agarrar a las mujeres de los genitales y besarlas sin consentimiento.
También se quejó de la decisión del juez, Lewis A. Kaplan, de que un jurado anónimo escuchara el caso, con sus nombres ocultos incluso a los abogados.
Carroll pudo presentar su demanda después de que el estado de Nueva York promulgó el año pasado una nueva ley que otorga a las víctimas adultas de abuso sexual una ventana de un año para demandar a las personas que dicen que abusaron de ellas, incluso si el estatuto de limitaciones penales había expirado hace mucho tiempo.
Kaplan destacó después del veredicto: “durante demasiado tiempo los sobrevivientes de agresión sexual enfrentaron un muro de dudas e intimidación. Esperamos y creemos que el veredicto de hoy será un paso importante para derribar ese muro”.
Si bien Trump evitó el juicio, atacó repetidamente a Carroll desde afuera de la sala del tribunal durante el proceso, primero en Truth Social, y la semana pasada en una entrevista desde un campo de golf en Irlanda, donde sugirió que regresaría a Nueva York para testificar en su propia defensa. Al final, no lo hizo.
Ayer publicó: “¡este veredicto es una vergüenza, una continuación de la caza de brujas más grande de todos los tiempos!”
En su alegato final, Tacopina argumentó que no era necesario que Trump compareciera porque el incidente en Bergdorf Goodman no sucedió. Explicó que presentó la defensa de su cliente a través de su contrainterrogatorio de Carroll y sus testigos.
Los miembros del jurado también escucharon a Jessica Leeds, ex corredora de bolsa que testificó que Trump la manoseó bruscamente contra su voluntad en un avión en la década de los 70, y a Natasha Stoynoff, escritora que afirmó que Trump la besó a la fuerza mientras ella lo entrevistaba para un artículo en 2005.
Los miembros del jurado vieron el jueves pasado un video del momento en que Trump confundió a Carroll con su ex esposa Marla Maples. Anteriormente el magnate había declarado que Carroll “no era su tipo”.
El veredicto se produce cuando Trump enfrenta un aluvión de acciones legales. En abril, se declaró inocente de los cargos de fraude en Nueva York derivados del pago de dinero para silenciar a la ex actriz porno Stormy Daniels, y enfrenta una demanda civil por fraude presentada por el fiscal general de Nueva York.
También está bajo investigación en Georgia por intento de interferencia en las elecciones de 2020, por el descubrimiento de documentos confidenciales en su mansión de Mar-a-Lago, así como su papel en los actos que llevaron al fallido golpe de Estado del 6 de enero de 2021. El ex presidente ha negado haber actuado mal en todos los casos y argumentó que las demandas y las investigaciones están destinadas a arrastrarlo hacia abajo.
Parece poco probable en el polarizado clima político de Estados Unidos, que el veredicto civil tenga un impacto en los principales partidarios de Trump, quien pretende relegirse en los comicios de 2024, debido a que ven sus problemas legales como parte de un esfuerzo concertado de sus adversarios para socavarlo.