Durango, Dgo. Habitantes de la comunidad de Pánuco de Coronado, en el municipio del mismo nombre, quienes rechazan la instalación de una presa de jales de la mina San José Avino, propiedad de la canadiense Avino Silver & Gold Mines Ltd, a 500 metros de una escuela y a 400 de un pozo de agua, fueron desalojados por trabajadores de la empresa.
Al mediodía de ayer, alrededor de 400 obreros, armados con palos y piedras, salieron de su centro de trabajo por instrucciones de la directiva de la mina para sacar “a como diera lugar” a los manifestantes del predio, donde desde la semana pasada la compañía tira los desperdicios del yacimiento.
Inicialmente, los mineros no se enfrentaron con los vecinos, toda vez que varios de los obreros también viven en Pánuco de Coronado, por lo que sólo estuvieron parados frente a los inconformes: unas 50 personas, la mayoría hombres, algunos montados a caballo.
Desde la mina mandaron traer a los trabajadores, por lo que los lugareños pensaron que ya se habían replegado. Sin embargo, el llamado sólo fue para amenazarlos: o sacaban por la fuerza a los colonos o perdían su trabajo, por lo que volvieron a salir y arremetieron contra ellos.
Entonces se produjo un enfrentamiento que dejó al menos cinco pobladores descalabrados, entre ellos una mujer. Al cierre de la edición se desconocía si hubo trabajadores lesionados.
Jorge Aguilar Varela, ex presidente de la junta municipal de Pánuco de Coronado, señaló que ellos solicitaron a las 9 de la mañana la presencia de policías municipales o estatales porque ya les habían advertido que los sacarían por la fuerza, “pero no nos hicieron caso; también le hablamos a la Guardia Nacional y al Ejército, y también nos dejaron solos. Pero no importa, así golpeados y como sea, no nos movemos”.
El conflicto entre vecinos y minera data de 2019, cuando la empresa empezó la construcción de la presa de jales en el predio citado; en esa ocasión los residentes se opusieron y cortaron el suministro de agua a la mina.
El diferendo se prolongó dos semanas, hasta que se acordó que la compañía buscaría otro sitio para su presa; como testigos estuvieron autoridades de las secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y del gobierno de Durango.
Los directivos solicitaron a la comunidad tres meses para buscar un lugar y a cambio los habitantes de Pánuco restablecieron el suministro de agua.
Aguilar Varela explicó que a los tres meses de la negociación la minera San José Avino no dio señales de haber iniciado la edificación de su tiradero en otro terreno.
La semana pasada la empresa canadiense empezó a arrojar sus desechos en el mismo lugar, lo que provocó la molestia de los habitantes de Pánuco de Coronado, quienes instalaron un plantón.
Jorge Aguilar explicó que la vieja presa de jales ya está 10 metros arriba de su tope, “pero no es nuestra culpa que en más de tres años no hayan buscado un terreno para su tiradero”.