Sanliurfa., La principal formación opositora turca, el Partido Popular Republicano (CHP), denunció ayer que las elecciones presidenciales y parlamentarias del país del próximo domingo se desarrollan en un campo de juego desigual.
Alrededor de 90 por ciento de los medios de comunicación están bajo el control del gobierno del presidente Tayyip Erdogan y su Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP). Erdogan quiere relegirse, tras 20 años en el poder.
El mandatario tuvo en abril casi 33 horas de cobertura en la principal televisora estatal, según miembros de la oposición en la agencia de supervisión de medios. El candidato rival a la presidencia, Kemal Kilicdaroglu, tuvo 32 minutos.
Las encuestas dan ligera ventaja a Kilicdaroglu, un socialdemócrata elegido candidato común de la mayoría de partidos de oposición. Los sondeos coinciden en que será necesaria una segunda ronda, pues ningún candidato obtendrá más de 50 por ciento de los votos en la primera.
Las voces opositoras se apagaron en los medios y redes sociales a raíz de que el gobierno instituyó en octubre pasado una ley sobre “de-sinformación” que prevé hasta tres años de prisión por difundir información falsa que cause “ansiedad, miedo o pánico” y que según periodistas, ha sido usada para castigar prácticas normales de su profesión.
El estado de emergencia sobre las 11 provincias afectadas por el terremoto de febrero también cuestiona la transparencia de las elecciones.
Un reporte de la Organización de Naciones Unidas del 11 de abril indicó que al menos tres millones de turcos viven ahora partes del país donde no están empadronados. Sólo 133 mil personas de la región del sismo se han registrado para votar fuera de sus lugares natales, de acuerdo con el Consejo Supremo Electoral.
Trece personas fueron detenidas el fin de semana durante un acto de campaña de la oposición en la ciudad de Erzurum, en el este de Turquía, informó ayer el ministerio de Justicia.
El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, del CHP, ofrecía un discurso en favor de Kilicdaroglu sobre un autobús cuando unos 20 manifestantes le arrojaron piedras.
Por otra parte, la inflación en Turquía es de más de 50 por ciento y la población responsabiliza a Erdogan de los altos precios.
Los habitantes “ya no le creen a Erdogan”
Haluk Tukel, consultor de Estambul opinó: “los turcos solían creerle a Erdogan. Ya no es así. Sobre todo cuando habla de lo que hará si gana un nuevo mandato. Ha sido elegido durante 20 años. La pregunta que todo el mundo se hace es: ‘¿por qué no ha hecho todo eso?’”.
En 2001 Erdogan fundó el AKP y al año siguiente ganó las elecciones presidenciales.
En los años de su gobierno modificó la Constitución para convertir a Turquía de un Estado laico a uno religioso al impulsar las escuelas islámicas, construir mezquitas, restringir la venta de bebidas alcohólicas, y normalizar el uso del velo islámico en las mujeres en instalaciones gubernamentales.
Radio Francia indicó que se prevé que habitantes kurdos de Turquía voten contra Erdogan, cansados de la represión de la que son objeto.
Un residente de Diyarbakir, la capital oficial de los kurdos de Turquía afirmó que “es hora de cambiar; para cualquiera que vea la televisión, los kurdos somos unos terroristas”.