Ciudad de México. Cinco copas. Así se le llamaba al portero Antonio “Tota” Carbajal, quien ayer murió a los 93 años y cuyo récord de mundiales jugados en tres décadas lo hicieron uno de los inolvidables del futbol mexicano. La Tota, como se le decía de manera campechana durante sus largos años en activo, fue el primer jugador en todo el planeta que acudió a cinco Copas del Mundo.
Fue el portero tricolor durante los Mundiales de Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966. En esta última edición, la primera que se transmitió vía satelital, La Tota salió por primera vez con unos guantes de portero. Apenas los probó durante el juego y terminó botándolos, porque ese no era su estilo, lo suyo era el futbol de antes, ese que se jugaba hasta enlodarse y a mano limpia.
El 19 de julio de 1966, La Tota Carbajal se despidió de los Mundiales en el pasto del estadio de Wembley.
“Una época terminaba ese día. Los balones dejarían de ser de cuero crudo, se permitirían cambios en los partidos, las transmisiones serían a color, los árbitros usarían tarjetas”, escribe Juan Villoro en su libro más reciente, La figura del mundo (Random House, 2023).
Porque ese día se registró el récord del jugador mexicano, pero también se bajó el telón de una manera de entender el futbol que todavía arrastraba algo de espíritu amateur y de dignidad por el juego en sí mismo.
Carbajal nació en Ciudad de México el 7 de junio de 1929 e inició su carrera con el Real Club España y su consagración sería con el León, donde estuvo hasta 1966.
Carbajal fue campeón con los esmeraldas en dos torneos de liga y ganó una copa. Además fue seleccionado para los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Después de retirarse de las canchas como jugador, fue director técnico, donde también tuvo un paso por sus queridos esmeraldas.
Se va un legendario y con él una forma de entender el futbol que poco tiene de relación con la industria actual.