Ciudad de México. En una cadena económica compuesta por hombres, mujeres o familias completas se comercializa “el desperdicio industrial” en la Ciudad de México: fierro, cobre, aluminio, bronce y otros metales.
No hay zona en la capital del país donde no se haya escuchado “se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan”. Este comercio no controlado ha permitido el surgimiento de un mercado que genera pérdidas al erario. Sólo el gobierno local debe gastar más de 10 millones de pesos al año para remplazar las alcantarillas que son robadas y vendidas como fierro viejo, según datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México presentados en el Congreso local.
Pese a esta pérdida, los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en su reporte de los pasados 12 meses, no tiene registrada ninguna denuncia levantada por el delito de “robo de cables, tubos y otros objetos destinados a servicio”.
No obstante, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) afirmó haber detenido en distintas acciones operativas a 73 personas relacionadas con el robo de cable, entre enero de 2022 y febrero de 2023.
Quienes viven del desperdicio industrial hablan poco del tema. Reconocen el robo de cable, la extracción de cobre de las instalaciones del Metro y el hurto de tapas de alcantarillas para venderlas como fierro viejo, pero aseguran que ellos no son los responsables.
“Quienes se dedican a ello son personas que conocen el sistema y a las empresas que lo adquieren de manera ilegal. Es muy difícil comercializarlo entre fierreros, es material que no se compra. Se sabe cuál es material del gobierno y cuál no. Cuando es fierro ilegal no es fácil acomodarlo.
“Por supuesto que hay robos, pero se podría decir que son bajo pedido de empresas que de inmediato lo llevan a las fundidoras.
“A nosotros sólo nos aceptan el cable de instalaciones eléctricas de casas. Nosotros no podemos vender cables con insignias de gobierno o de Telmex; tampoco podemos comercializar autopartes o coladeras”, aseguró José Lucas, recolector de fierros desde hace más de 25 años.
Los metales, el filón de los recolectores
El verdadero negocio de los recolectores es la comercialización de los metales: de los colchones y tambores viejos aprovechan estructuras y resortes; las lavadoras, refrigeradores, microondas y estufas que adquieren son desarmados y vendidos como fierro viejo.
Tras ser recolectado, el desperdicio industrial es llevado a un depósito de reciclaje. El cobre, el aluminio y el fierro son los materiales más deseados. El dueño del depósito paga entre 5 y 8 pesos el kilo de fierro, y el cobre se cotiza entre 130 y 150 pesos el kilo.
“Todos trabajamos aquí, somos cinco compañeros que nos dedicamos al mundo del reciclaje. Tenemos una báscula, espacio para almacenar fierro viejo, también un lugar para las latas de aluminio. No compramos nada ilegal, somos intermediarios; lo adquirimos a los recolectores y después lo llevamos a las bodegas de empresas mayores.
“Conforme va llegando, se van sacando. Por ejemplo, el fierro se saca cada fin de semana y el cobre y el aluminio cada 15 días. Depende del porcentaje y el volumen que vaya entrando todos los días”, explicó Gerardo Osorio, que trabaja en un depósito de la alcaldía Benito Juárez.
El mercado negro de los desechos industriales, del cual nadie habla, es un verdadero negocio. El año pasado se sustrajeron de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro 14 mil 500 metros de cable, cuyo componente principal es el cobre. Cada metro de cable es adquirido por el STC-Metro entre 800 y mil pesos.
Respecto al fierro ilegal, que se obtiene principalmente de las tapas de las alcantarillas, aunque su precio es menor, también resulta redituable. De cada rejilla de coladera robada se pueden obtener unos 300 pesos, cifra que contrasta con los casi 10 mil pesos que cuesta al Sistema de Aguas de la Ciudad de México reponerlas.
Alcaldías con mayor índice de pillaje
Durante 2022 y principios de 2023, la SSC identificó que las alcaldías con mayor número de reporte de robo de cable de fibra óptica y de cobre son Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Xochimilco.
En enero pasado, policías capitalinos impidieron en la colonia Jorge Negrete de la alcaldía Gustavo A. Madero el robo de media tonelada de tubos de cobre de un pozo y detuvieron a 11 personas, dos de las cuales eran menores de 18 años.
En febrero, la Policía Turística detuvo en la alcaldía Cuauhtémoc a un hombre que sustrajo alrededor cinco kilos de cable de cobre de un edificio gubernamental ubicado en la Plaza de la República.
Estos robos y otras acciones han permitido a la SSC identificar pequeñas células dedicadas a este delito.