Para Jorge Gaviño Ambriz, ex director del Sistema de Transporte Colectivo (STC) y hoy diputado local, el robo de cable dentro de las instalaciones del Metro tiene que ver con la delincuencia organizada, que ha encontrado un nicho de oportunidad en la venta de los materiales en el mercado negro.
Comentó en entrevista que el robo de cable se comete en el Metro desde hace muchos años, e incluso en su administración se interpusieron denuncias penales. Debido a la complejidad que implica el hurto de este material, aseguró que al menos participan tres personas por cada evento.
“No podría una sola persona robarse un pedazo que le sea redituable versus el riesgo que implica robarse el cable en sí mismo y luego brincarse la barda, meterse a un ducto, cortar el cable.
“O sea, ¿cuánto puede sacar una sola persona? Un metro pesa 7 kilos cuando es grueso. Entonces, sacar más de 20 kilos de metros y metros de cable, ¿cómo lo haces? Pues necesariamente debe haber una delincuencia organizada”, explicó Gaviño, quien detalló que el cable grueso se cotiza mejor en el mercado negro.
Datos del STC Metro refieren que el costo de ese material oscila entre 800 y mil pesos por metro, mientras el cobre cuesta de 120 a 130.
Gaviño, quien es integrante del consejo consultivo del Metro, opinó que las autoridades deben indagar incluso la posible colusión de trabajadores en los robos, ya sea de base o estructura, a fin de agotar todas las líneas de investigación, siempre teniendo en cuenta la presunción de inocencia.
El diputado, abogado penalista de profesión, explicó que cada robo que no se castiga queda impune y tiende a repetirse. De ahí la importancia de investigar y detener a los delincuentes a fin de obtener la información de cómo operan los grupos para arrestarlos. En el caso del Metro, que haya mejor funcionamiento del sistema.
“Si hay robo de cable que ocasiona calentamientos y luego incendios, y eso puede provocar un accidente, sí hay un delito. Eso se puede agravar, porque el delito primigenio, que es el robo, es doloso: es decir, se hace con plena conciencia de lo que implica. Evidentemente se tiene que investigar y castigar”.
Gaviño dijo que es importante diferenciar entre el robo y los hechos “atípicos” o inusuales que tienen el propósito de afectar el sistema: mientras el primero tiene como fin obtener una ganancia ilícita, el segundo busca generar un daño a los usuarios o al gobierno.
“Cuando se investigan los delitos se tienen que agotar todas las líneas de investigación; no puedes guardarte ninguna, siempre respetando la presunción de inocencia. Si se encuentran elementos contundentes, el Ministerio Público tendrá que hacer una acusación ante el juez y de ahí llegar a las últimas consecuencias”.