La mala aplicación de las regulaciones, las elevadas tasas de interés, una inadecuada gestión de liquidez, activos y pasivos no balanceados, así como una débil gestión de riesgo, son lecciones que deben aprender las entidades bancarias en América Latina, entre ellas las mexicanas, luego de que estas razones causaron los colapsos de la banca regional estadunidense.
De acuerdo con el estudio Colapsos bancarios en Estados Unidos y Europa: aprendizajes para instituciones financieras en Latinoamérica, elaborado por la firma EY, los bancos en la región deberán aprender y prestar atención a aspectos como la generación de confianza, la liquidez, los escenarios de riesgo y otros factores importantes.
Ante la reciente crisis bancaria por la que atraviesan diversas corporaciones financieras en Estados Unidos y Europa como Silicon Valley Bank, Signature Bank, Credit Suisse y First Republic Bank, hasta ahora, la firma de servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría, estrategia y transacciones, sostuvo que aunque desafiante para las economías globales, no ha tenido un impacto directo en la banca latinoamericana, debido a la solidez de los mecanismos de regulación en los sistemas financieros de la región.
Aconsejan la diversificación
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), países como México, Colombia y Perú cuentan con varias entidades reguladoras que monitorean de cerca la situación para evitar cualquier posible efecto negativo en la industria bancaria. En este sentido, la gran lección para los bancos de Latinoamérica, en los últimos meses, es potenciar la confianza del mercado.
Andrés Fuentes, socio director de servicios financieros en EY Latinoamérica Norte, explicó que en general, esta crisis y las anteriores (2008-2009) reiteran que los bancos deben estar siempre atentos para cuidar la confianza, credibilidad, aseguramiento y control de riesgos, así como para proteger el dinero de las personas y manejar la liquidez.
La diversificación y la toma de decisiones acertadas, pero sobre todo preventivas, ayudarán a controlar y proteger la economía de la región en caso de una escalada de la crisis económica en Estados Unidos.
Asimismo, aunque no se espera un efecto dominó, es relevante destacar que todos los países que componen la región siguen de cerca la evolución del sistema financiero internacional y las consecuencias que éste puede tener en la economía de las familias.
