El pasado jueves 20 de abril, el maestro Rodolfo Popo Sánchez fue galardonado con el Master Cultural por la Universidad de Xalapa. Esa tarde se reunieron funcionarios de esa casa de estudios, amigos y familiares del músico para celebrar y festejarle “una vida dedicada a la música”.
Popo es una persona muy querida y respetada en el ámbito musical y académico. Dada su larga trayectoria de músico probo, pieza importante en el desarrollo del jazz en México, es considerado una leyenda viva del género.
Durante la entrevista que nos concedió en esos días destacaba tales consideraciones: “Me sorprende todo esto. Lo que puedo decir es que he sido muy honesto con el trabajo que he hecho, tanto escribiendo, como tocando o en el plan docente. Creo que este es un buen momento para reflexionar respecto de lo que ha significado mi quehacer musical. Me da mucha tranquilidad haber cumplido con mi labor, haber dado mi máximo esfuerzo. Ahora sólo me queda la sensación de algo por hacer, y espero tener la salud y la energía para continuar, sentarme a seguir escribiendo y cuando tenga los alientos suficientes, continuar con mi instrumento (saxofón), hasta que el cuerpo aguante”.
Popo, quien siempre se destacó como instrumentista espléndido en las diferentes orquestas con las que ha tocado o dirigido, así como a la cabeza de su grupo de jazz –el mítico Yasú–, nos dice que “a esta edad ya no es lo mismo”.
“Por supuesto, ya no toco el instrumento como antes. Los de aliento son muy demandantes.
“Un pianista no necesita de un mayor esfuerzo pero un trompetista o saxofonista requiere del fuelle. Hay casos extraordinarios músicos de viento que a una edad mayor todavía tienen el fuelle. Yo no me cuento entre ellos, pero con lo que tengo estoy tranquilo”.
“Ahora lo que más hago es escribir –continúa–, no tanto como antes, por aquello de que hay que dosificar la salud, pero cada que tengo una idea o un encargo, agarro el lápiz y lo deslizo por el pentagrama.”
La importancia de un arreglista
“La función del arreglista va mucho más allá de lo que se sabe o se piensa. Para escribir un arreglo musical se debe conocer las implicaciones o dificultad de cada instrumento. Procurar los colores que se producen entre uno y otro, sus rangos, sus tesituras… Pero más que todo, tener imaginación y lograr el objetivo.
“Las canciones nos llegan a los arreglistas en un estado básico y uno tiene que darles una arquitectura completa, aunque hay ocasiones que uno se topa con canciones que ya vienen con su complejo, como el caso de las de Mario Ruiz Armengol, con las que he trabajado sin problemas porque ya vienen con todo, construidas melódica y armónicamente.”
La entrega y conocimiento musical de Popo Sánchez lo llevó a escribir grandes versiones a temas del folclor mexicano. Son reconocidos, entre otras, los arreglos estilizados a La Sandunga, La Llorona y Dios nunca muere, del istmo oaxaqueño llevadas al estudio con la orquesta Primavera o composiciones propias como El magnifico estado, Mexicas y muchachas mexicanas, que grabara con en el grupo Yasú.
“La música mexicana tratada con otros conceptos es una propuesta que traigo desde hace muchos años. Es un proyecto de fusión en la que creo mucho. Hay quienes dicen que emana de la corriente nacionalista de Moncayo. Yo más bien la llamo la música del México actual, con otros acordes, otras melodías. Algunas de esas obras las tengo en versión sinfónica que incluso he tocado ya con la Orquesta Sinfónica de Xalapa”, señaló.
Aunque la entrevista da para más, esta segunda parte la terminamos aquí, pidiéndole al maestro que haga un juicio de valor de lo que han sido estos 50 años de trayectoria musical.
“Soy un inconforme crónico, no me satisface tanto todo lo que he hecho. A veces me digo ‘¿cómo pude haber tocado esto?, pudo haber sido mejor’, pero me reconforto al pensar que siempre di mi máximo esfuerzo. Como les he dicho a mis alumnos, lo principal en el quehacer musical es la disciplina, el respeto, la dedicación... La música no puede ser un hobby para alguien que se dedique a esto de manera profesional, siempre hay que hacer el máximo esfuerzo.”
¿Epitafio?
“Ahí les dejo mi reputación para que la hagan pedazos.”