Bustos de bronce, placas conmemorativas, tapas de alcantarillado, registros eléctricos, piezas de relojes monumentales, medidores de agua, cableado de luz, teléfono e Internet, así como barras de contención de carreteras, parquímetros y hasta campanas de iglesias forman parte de la amplia gama de objetos de metal robados a lo largo del país para venderlos por kilo en expendios que compran chatarra.
Pese a la frecuente comisión de este ilícito, sobre todo en zonas urbanas, la gran mayoría de las fiscalías de las entidades no cuentan con un registro formal de denuncias y/o carpetas de investigación abiertas, o si lo tienen, no lo hacen público, pues La Jornada solicitó información al respecto y en la gran mayoría de los casos no obtuvo respuesta.
Por lo mismo, se desconoce si quienes cometen estos robos son miembros de la delincuencia común o bandas organizadas y si hay detenciones o procesos judiciales en curso contra los responsables.
En el estado de Hidalgo hay múltiples ejemplos de este tipo de delitos, que son dados a conocer por autoridades locales y por la misma ciudadanía o que pueden constatarse a simple vista después de ser cometidos.
El pasado 21 de febrero, una vecina de Tlalminulpa, municipio de Atitalaquia, alertó al número de emergencias 066 que un par de encapuchados se llevaron dos campanas, forjadas en el siglo XVIII, de la parroquia de la localidad.
La mujer refirió que alrededor de las 6 horas, aprovechando que aún no salía el sol, los ladrones bajaron los instrumentos de las torres de la iglesia, los metieron en un auto Golf negro y huyeron.
Un caso parecido fue reportado la madrugada del 24 de febrero en Tula de Allende, donde fue hurtada también una de las campanas de la capilla de San Isidro Labrador, situada en la colonia El Montecillo.
Los bustos de bronce de personajes históricos también son blanco de la delincuencia; en Pachuca, la madrugada del 17 de marzo de 2022 desaparecieron las esculturas del cura Miguel Hidalgo y del químico francés Luis Pasteur, que estaban ubicadas en dos jardines públicos separados por una cuadra.
Además, a finales de ese mes, migrantes provenientes de la Huasteca hidalguense que habitan en la colonia Cubitos se quejaron del robo de la figura de su paisano y cantautor Nicandro Castillo Gómez, conocido como El rey del huapango.
A principios de abril de ese año, desconocidos se llevaron del parque Hidalgo, también en la capital del estado, los bustos de Josefa Ortiz de Domínguez y del general Vicente Segura.
En Tula, el pasado 31 de marzo desapareció la representación en bronce del torero Jorge Gutiérrez Argüelles, que estaba en un pedestal frente a las taquillas de la plaza de toros Ponciano Díaz.
El cableado eléctrico es otro de los objetivos de los ladrones, quienes llegan a vender hasta en 200 pesos el kilogramo en la entidad.
En agosto de 2022, la colonia Altepemilla de Santiago Tulantepec y la localidad de La Esperanza, en Cuautepec, ambos municipios conurbados a Tulancingo, se quedaron sin luz por cinco días luego de que desconocidos robaron decenas de metros de cables.
En la colonia Barrio Alto, de Tula de Allende, son constantes los “apagones” por la misma causa y, aunado a ello, algunos lugareños reclaman que los empleados de la Comisión Federal de Electricidad “se esperan a que haya varios tramos cortados en diferentes calles para hacer las reparaciones”.
También a consecuencia de estas acciones ilícitas, el 27 de febrero pasado, cerca de 16 mil pobladores de la cabecera municipal de Tlaxcoapan se quedaron sin agua porque, de acuerdo con autoridades locales, alguien extrajo cableado y elementos eléctricos del sistema de bombeo de los pozos Bojayito 1 y 2.
Un día después, en el municpio de Tepepulco, dos individuos fueron capturados por policías del lugar cuando iban en una motocicleta con la que arrastraban una barra de contención que acababan de desmontar de la vía federal Pachuca-Ciudad Sahagún.
Otra modalidad de robo de metales, principalmente en la capital hidalguense, es el desmantelamiento de decenas de parquímetros que hace 10 años instaló la empresa Moviparq y que hace dos dejaron de operar luego de que el ayuntamiento rescindió el contrato con esa compañía.
En tanto, el monumento Paloma de la Paz, por un México sin armas, en el parque Hidalgo, de Pachuca, también ha sido desvalijado; éste fue hecho de forma artesanal por miembros de la 18 Zona Militar con partes de armas decomisadas a criminales o recolectadas en las campañas de canje. El ala derecha de la paloma ya no existe.
Infraestructura desmantelada
En Tulancingo, Luis Enrique Hernández, titular de la Comisión de Agua y Alcantarillado de la demarcación, informó que de 2021 a marzo de 2023 se han repuesto 138 rejillas y 94 tapas que han sido hurtadas de la red de coladeras, con un costo de 500 mil pesos.
Y en el poblado de Tlaxinacalpan, municipio de Tepeji del Río, los habitantes denunciaron el robo de los medidores de agua que estaban colocados afuera de sus casas, por lo que se vieron obligados a gastar entre mil 500 y 2 mil pesos por cada reposición.
Por otra parte, en Guadalajara, Jalisco, el caso más reciente y notorio sucedió en enero pasado, cuando la escultura Las tres gracias, del artista Sergio Garval, ubicada en Lázaro Cárdenas y Fuelle, fue prácticamente desmantelada.
En el centro de la ciudad son numerosos los ilícitos de este tipo; la fuente que popularmente se conoce como Los niños meones se quedó por meses sin la figura de bronce de uno de los infantes, la cual fue encontrada en un deshuesadero.
En la Rotonda a los Jaliscienses Ilustres se volvió tan común que se llevaran las letras de dicho material que las autoridades optaron por labrarlas en la cantera con cincel y pintarlas de color dorado.
También en Chihuahua
En la ciudad de Chihuahua también es recurrente esta problemática; la estatua ecuestre del Indio Victorio (líder indígena de la resistencia apache en contra de la familia Terrazas, en el siglo XIX), que estaba en el periférico Lombardo Toledano y cruce con carretera a Aldama, fue retirada debido a que le cercenaron las patas y orejas al caballo.
Otro perjuicio al patrimonio histórico y cultural ocurrió el 2 de marzo pasado en el pueblo de Cusihuiriachi, donde desapareció una campana de 160 años de antigüedad de la iglesia de Santa Rosa de Lima; una semana después fragmentos de ésta se hallaron en una empresa de compraventa de metales en Ciudad Cuauhtémoc.
Asimismo, el robo de tapas de alcantarillas, así como de tuberías y otros elementos de la red de agua potable y drenaje, generaron pérdidas por 4 millones de pesos a la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Chihuahua en 2022, refirió Alan Falomir Sáenz, titular de la dependencia.