El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su solidaridad con Pedro Castillo, el mandatario de Perú depuesto por el Congreso y encarcelado, porque en realidad él ha sido víctima del clasismo y racismo de las élites de ese país. “Si cuestionamos asuntos públicos de Perú, no nos referimos al pueblo peruano, que es un pueblo hermano, sino a las estructuras”, aseveró.
Equiparó la situación con el saqueo de los pueblos de América durante la colonia; ni cuando nos saquearon los españoles durante la Colonia en tres siglos “le tendríamos que echar la culpa al pueblo español, porque de ese saqueo no se benefició el pueblo, se beneficiaron la élite de España, la monarquía, los potentados. El pueblo español vivió en la pobreza”.
Ante el cuestionamiento de una prolongación de su mandato para continuar con los cambios en el país, López Obrador ratificó su fe maderista y apeló a su convicción de la inviabilidad de la relección. Celebró que ya hay relevo generacional al interior de su movimiento, por lo que anticipó que concluirá su mandato; “voy a terminar mi ciclo, me voy a ir tranquilo, con la misión cumplida”.