Tijuana, BC. Los gobiernos de México y Estados Unidos invertirán 500 millones de dólares en sanear los 3 mil 700 litros por segundo de aguas negras que el municipio de Tijuana vierte al océano Pacífico, y que terminan en las playas de Imperial Beach y San Diego; México aportará 200 millones y los 300 restantes el vecino del norte.
En una reunión “de acciones a certificar” entre funcionarios mexicanos (estatales y federales) del agua y de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el cónsul general de ese país en Tijuana, Thomas E. Reott, dijo todo con su respuesta cuando un reportero le pregunto si esta vez confiaban en que México iba a dejar de mandarles aguas negras, ya que es un problema añejo; “Gracias a Dios soy diplomático… confiamos en que sí, confiamos”.
Y es que el tema ha provocado roces -y muchos insultos de las autoridades de California a los gobernadores de Baja California- desde hace por lo menos 10 años. En el encuentro de hoy, el cónsul señaló que reciben 25 millones de galones diarios de aguas residuales vía el Pacífico, lo que significa recibir el 70 por ciento de lo que produce Tijuana.
La inversión incluye la ampliación de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales (Pitar) que se ubica en Imperial Beach; una nueva planta de tratamiento en San Antonio de los Buenos, en Tijuana (la que existe ya no sirve), la modernización de las plantas de bombeo (Matadero, Laureles1 y Laureles2) y la revisión de colectores y tuberías para llevar las aguas negras de la ciudad a las plantas, porque hoy corre por el Río Tijuana, cañones y tuberías rotas.
El gobierno de Baja California pidió un crédito al Banco de América del Norte (NADBank) para financiar la parte mexicana de las obras, además de las inversiones que harán la SEDENA, la CONAGUA, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) -órgano operador del agua- y los recursos a fondo perdido del gobierno federal.
El titular de la CESPT informó que el agua se va a procesar pero se seguirá tirando al mar porque Baja California no tiene como almacenarla una vez tratada. “Primero vamos a construir la planta para limpiarla y después vemos cómo la reusamos”, dijo cuando se le pregunto cuál sería el destino del agua tratada. Explicó que podría dársele un uso industrial pero ésta se encuentra dispersa por toda la ciudad y se requeriría otra gran inversión para distribuirla. Incluso, advirtió, hay maquiladoras junto a núcleos de población, proyectadas así para que tuvieran disposición de mano de obra.
En el futuro, la ciudad tendrá que decidir si invierte en el reuso de las aguas tratada dado en una planta desaladora para satisfacer sus necesidades del liquido.