Xalapa,Ver., “Muchos maestros vivimos con ingresos quincenales insuficientes por los descuentos que nos aplican debido a las muy altas tasas de interés. Nuestros cheques no alcanzan para solventar los gastos más elementales de nuestras familias”, aseguró la profesora Alma Mireya Muñoz ante el entonces presidente Enrique Peña Nieto, quien el 21 de noviembre de 2013 presentó junto con sus secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, y de Educación, Emilio Chuayffet, el Programa de Refinanciamiento de Crédito a Trabajadores de la Educación Vía Descuento de Nómina (Bansefi-Refin).
Más tarde, el 23 de octubre de 2014, se puso en marcha el Subprograma de Compra de Cartera, que sólo operó en Veracruz.
Mediante ambos programas, el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi, hoy Banco del Bienestar) refinanció 35 mil 923 créditos, 23 mil 807 de ellos con el Subprograma de Compra de Cartera, y 12 mil 116 por medio del Bansefi-Refin.
En la presentación del proyecto, el gobierno federal indicó que la finalidad era enfrentar el sobreendeudamiento y la asfixia salarial que padecían más de 300 mil profesores que solicitaron créditos de nómina con cobranza delegada.
Videgaray reconoció casos como el de “un maestro de la sección 39 (del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) en Colima, que por un crédito por 110 mil 252 pesos está pagando una tasa de 43 por ciento, lo que ocasiona un descuento mensual en su recibo de nómina de 6 mil 945 pesos”.
Explicó que de adherirse al programa, de inmediato lograría reducir sus descuentos de 7 mil pesos a 4 mil 500, “sin aumentar un solo peso su deuda y su crédito”. Videgaray adelantó que para operarlo se crearía un fideicomiso en Bansefi, que iniciaría con un fondo de 5 mil millones de pesos.
Gustavo Martín del Campo, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Nómina, aseguró que no participó en el Bansefi-Refin ni 10 por ciento de quienes podrían haberse beneficiado del programa, al que consideró “una muy buena idea, aunque mal implementada”, pues “Bansefi no tenía los sistemas ni el personal para hacer algo de esa envergadura”.
La Auditoría Superior de la Federación puso en evidencia en 2016 que el programa operó con un deficiente sistema informático, falta de convenios de colaboración con entidades federativas encargadas de retener los pagos de 186 créditos por 6 millones 54 mil 800 pesos y nula evidencia de entrega de expedientes de 103 créditos por 3 millones 927 mil 400 pesos.
A consecuencia de las deficiencias en la originación, administración y recuperación de esos créditos, el Comité de Riesgos del Bansefi detuvo el refinanciamiento a trabajadores de la educación en octubre de 2015.
Para esta investigación se solicitó información al Banco del Bienestar, el cual confirmó que a través del Bansefi-Refin y el subprograma que operó en Veracruz se benefició a 15 entidades financieras, cuyas identidades rehusó dar a conocer.
Nueve años después del rescate, Alberto García, asesor parlamentario en temas relativos a trabajo y seguridad social, alertó que el refinanciamiento de créditos con recursos públicos podría repetirse, pero en dimensiones “monumentales. Vamos directo a otro Profeproa (nombre popular del programa estatal que refinanció los créditos de mentores con sociedades financieras de objeto múltiple), pero en proporciones bíblicas, porque es nacional. Cualquier trabajador al servicio de alguna administración en un estado tiene necesidades de crédito, y al final pagan tres o cuatro veces el monto prestado”.
(Investigación realizada por La Jornada, NV Periodismo de Investigación y Connectas, con apoyo del International Center for Journalists, dentro del marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas)