Los bailarines Ichihara Akihito y Espartaco Martínez compartirán hoy escenario en La Capilla Gótica del Instituto Cultural Helénico para presentar Mirada marina, una pieza en torno a las migraciones y el retorno a los orígenes en la vida.
Con este montaje, en el que también participa Elf Dance Project, grupo formado por el japonés Ichihara Akihito, se muestra el butoh en su pureza a partir del mar, elemento que simboliza el cruce de aguas, la migración.
En entrevista, Espartaco Martínez explica que un detonante de la pieza fue precisamente La Capilla Gótica y su historia de cómo llegó piedra por piedra desde Ávila, España.
“Este cruce de grandes aguas es una invitación a atrevernos. La identidad está en el espíritu migrante, esa es la naturaleza. Todos tenemos que viajar, migrar, partir. Un ejemplo es el texto Ítaca sobre volver a casa y disfrutar el camino. Hay un regreso, un retorno a casa, pero con otra mirada para seguir adelante.”
Para Espartaco Martínez, emprender este viaje hacia lo ancestral, lo indígena, lo conecta con la familia y “el origen de todos los arquetipos es el mar”.
El montaje, que une el talento de Martínez con el de Akihito, quien también es bailarín de la compañía Sankai Juku, es una oda a la migración y los destinos, con una inédita depuración del gesto y el lenguaje escénico.
De acuerdo con Martínez, Mirada marina es una danza que desata sutiles evocaciones arcaicas y hasta de geometría, pero no en la forma o escala humana, sino sideral, lo que los llevó a preguntarse ¿Qué es la vida, entonces? ¿Hay algo más radical que volverse agua?
“Más allá del drama y de las convicciones, qué es un grupo de danza sino uno de asaltantes del imposible en cada paso y decisión, en un teatro que es como un agujero negro, que todo lo va devorando. El butoh nunca se parece a ninguna otra persona, porque es la subjetividad, y hasta el sarcasmo de su lenguaje, caos y armonía en equilibrio en diálogo precario.”
El intérprete sostiene que “el mar es el origen de todos los dioses o energías que nos contienen. El mar nos lleva al fondo de los hechos y esta danza es un ir hacia adelante para recuperar nuestra lectura sobre el agua”.
En opinión del bailarín mexicano, Ichihara Akihito es un virtuoso en el sentido de la responsabilidad de hacer lo mejor y vivir para dejar un buen recuerdo en la memoria de los demás.
Su visita “nos ha dado oportunidad de escuchar su suave rumor matinal o lamento estruendoso al fin de los tiempos. Akihito nos llevará, como Virgilio, a una divina comedia del alma y la piedra fémina, esa que es mirada, contemplación efímera del horizonte”.
Mirada marina, que fusiona la creatividad de Espartaco Martínez e Ichihara Akihito, se presenta hoy a las 20 horas en La Capilla Gótica del Instituto Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, Ciudad de México).