A pesar de las críticas de senadores de oposición, que afirman que la ley general en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación deja al sector sin recursos ni becas para estudiantes y “hunde a México en el subdesarrollo”, la nueva norma, enviada al Presidente para su promulgación tras ser aprobada en el Senado, no sólo garantiza becas para alumnos de posgrado sin importar su situación laboral, sino que éstas serán universales; es decir, incluye a quienes se formen en instituciones y universidades privadas.
Además, el presupuesto anual otorgado “no podrá ser inferior en términos reales a lo aprobado en el ejercicio inmediato anterior”, por lo que se aplica el principio de progresividad y no regresión. A ello se suma la posibilidad de generar proyectos multianuales y asegura las libertades de investigación, cátedra y expresión.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no desaparece, sino que modifica su conformación y cambia de denominación a Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt), por lo que se fortalece con la inclusión de las humanidades, y se confirma como un organismo público descentralizado, responsable de la política nacional en el sector bajo una perspectiva de soberanía nacional.
En tanto, el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI), señaló que la iniciativa de esta ley se presentó en el pleno sin que se cumplieran los requisitos de rigor.
Explicó que él no emitió la convocatoria para dictaminar la minuta en la comisión que encabeza, porque había un acuerdo para un parlamento abierto. Sin embargo, Morena recabó firmas para llevar el documento al pleno, lo cual “seguramente dará lugar a reclamaciones ante instancias legales”.