Kiev. Las autoridades rusas acusaron ayer a Ucrania de bombardear un depósito de petróleo en la anexada península de Crimea en la ciudad portuaria de Sebastopol, así como aldeas en zonas ocupadas y dentro del territorio ruso, tras los ataques con misiles de la madrugada del viernes en Ucrania.
“Hay un incendio en curso en un depósito de hidrocarburo en la bahía de Kazachia (…)”, escribió en Telegram el gobernador de Sebastopol, Mikhail Razvozhayev, quien detalló que fue atacado por “dos drones enemigos” y que se quemaron cuatro tanques de combustible.
Un tercer avión no tripulado fue derribado en pleno vuelo sobre Crimea y otro fue desactivado por medios radioelectrónicos, detalló el mandatario regional nombrado por el Kremlin, Sergei Aksyonov.
Sesenta bomberos fueron desplegados para intentar apagar las llamas que se extendieron en un espacio de unos mil metros cuadrados, añadió Razvozhayev, quien afirmó que “nadie resultó herido” y que el fuego considerado de gran riesgo debido a la complejidad de su extinción pudo ser contenido al aire libre y que el ataque no afectó las reservas de combustible de Crimea, anexionada por Rusia desde 2014.
Este incidente se produce al día siguiente de que Ucrania indicó que ya tiene todo para lanzar una contraofensiva en territorios ocupados por Rusia tras la invasión del país en febrero de 2022.
Sebastopol, base de la flota rusa del mar Negro, fue blanco de varios ataques con drones desde que Moscú comenzó su ofensiva en Ucrania. Esta misma semana, las autoridades rusas afirmaron haber abortado un ataque con un dron en la península.
Ucrania no reivindicó ninguna operación en Crimea, aunque sus servicios de inteligencia militar insinuaron que se trataba de un “castigo de Dios”, en particular por el ataque ruso del viernes pasado a un edificio de viviendas en la ciudad ucrania de Uman, en el centro, que mató a 23 personas, cinco de ellas menores de 18 meses a 16 años, derivado de ello, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, pidió mejores defensas aéreas.
En tanto, la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó los “inexcusables” bombardeos en Ucrania.
Andriy Yusov, de la unidad de inteligencia del Ministerio ucranio de Defensa, aconsejó además a los crimeos “evitar acercarse a instalaciones militares”.
En el sur, las autoridades de ocupación rusas indicaron que una ciudad bajo su control, Nueva Kajovka, fue sometida a un “intenso fuego deartillería”, que provocó un corte de electricidad.
Esa ciudad de la región de Jersón, controlada en gran parte por Moscú, cayó en manos de las fuerzas rusas el primer día de la invasión, el 24 de febrero de 2022. El ejército ruso instó a la población a “mantener la calma” y afirmó que las obras para restablecer el suministro eléctrico empezarían en cuanto terminasen los “brutales” ataques.
El jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, amenazó con retirarse de Bakhmut, en Donietsk, ante el gran número de bajas y la falta de suministros.
“Cada día tenemos pilas de miles de cuerpos que metemos en ataúdes para mandarlos a casa”, declaró Prigozhin en una entrevista con el bloguero ruso Semyon Pegov, especializado en temas militares, publicada ayer.
Prigozhin, cuyas fuerzas han ido ganando prominencia desde el comienzo de la invasión rusa, aseguró que las pérdidas sufridas en Bakhmut han sido cinco veces más de las necesarias por la falta de munición para la artillería.
En Rusia, el gobernador de la región fronteriza de Belgorod –que también se vio afectada por varios ataques durante la guerra– afirmó ayer que cinco aldeas se habían quedado sin electricidad tras un bombardeo ucranio.
“Hubo líneas de transmisión dañadas”, declaró Viacheslav Gladkov, y precisó que no hubo víctimas.
Los temores a ataques ucranios se ha acrecentado en Rusia, donde varias ciudades anularon los tradicionales festejos del 9 de mayo, cuando Rusia celebra el aniversario de la victoria soviética contra los nazis en 1945.
Ucrania refuerza desde hace meses su arsenal militar, en especial con la llegada de tanques modernos enviados por sus aliados occidentales, con el objetivo de lanzar una contraofensiva durante la actual primavera boreal o ya en verano.
El ministro ucranio de Defensa, Oleksiy Reznikov, aseguró el viernes que “los preparativos” para esa ofensiva “llegan a su fin.
“El equipamiento fue prometido, preparado y entregado parcialmente. En un sentido amplio, estamos listos”, declaró.
La tensión entre Rusia y varios de los países occidentales está a un nivel no visto desde el fin de la guerra fría.
Polonia anunció ayer la incautación del edificio del liceo ruso en Varsovia, que ahora pertenecerá al ayuntamiento de la capital polaca. Rusia denunció un “acto ilegal” y prometió represalias.