Santiago. La tensión entre los migrantes, en su mayoría venezolanos, y ciudadanos peruanos se incrementó en la frontera entre Perú y Chile ayer luego de que protagonizaron un enfrentamiento con piedras, dejando al menos un herido.
La mañana arrancó con la interrupción del tráfico en la vía Panamericana Sur, que une a ambos países, en dirección hacia el complejo fronterizo de Chacalluta, en la ciudad chilena de Arica. Los migrantes se sentaron en la pista, formaron un cordón y colocaron delante de ellos sus equipajes y bolsas repletas de desperdicios, para presionar y exigir a las autoridades ingresar a territorio peruano para continuar con el viaje hasta su país de origen.
Esta acción provocó el disgusto de conductores y pasajeros peruanos en esta ruta para pasar y hacer negocios o compras en suelo chileno, lo que derivó en el violento choque. Durante la gresca, un venezolano recibió una pedrada en la cabeza, que lo hizo quedar tendido en el suelo, por lo que recibió auxilio de un grupo de carabineros.
La policía peruana intervino para despejar la vía, pero algunos de los indocumentados lanzaron piedras como respuesta. Sin embargo, los uniformados los repelieron hasta territorio chileno, donde también tuvieron que intervenir los carabineros.
Cerca del complejo fronterizo de Santa Rosa, en el departamento de Tacna, la policía formó una línea con escudos antidisturbios y retenes vehiculares para impedir la entrada del contingente de extranjeros, también compuesto por haitianos, colombianos y ecuatorianos, tras abandonar territorio chileno hace ya 16 días en la búsqueda de regresar a sus países.
Tras los incidentes, el canciller de Venezuela, Yván Gil, pidió a los gobiernos de Chile y Perú “garantías” para enviar aviones de su aerolínea estatal para regresar a su país a migrantes varados. “Hemos estado en contacto con ambas cancillerías y solicitado plenas garantías y respeto a los derechos humanos de nuestros compatriotas”, tuiteó.
En otro asunto, un velero operado por la organización humanitaria alemana Resqship auxilió antier a 47 indocumentados que procedían de Guinea y Costa de Marfil, entre ellos una mujer y un niño, quienes se encontraban a la deriva a bordo de una embarcación frágil en el mar Mediterráneo, que había zarpado de la ciudad tunecina de Sfax.
Además, la guardia costera de Túnez informó que recuperó unos 210 cuerpos de personas en menos de dos semanas, los cuales aparecieron en su principal línea costera.