Madrid. El ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) acordaron ayer ampliar la tregua de 72 horas anunciada el martes pese a las acusaciones mutuas de haber incumplido el alto el fuego y de los constantes combates en distintos puntos del país.
Las FAR manifestaron haber aceptado la “tregua humanitaria” a partir de la medianoche, hora local de ayer, y afirmaron que entre los mandos castrenses hay “más de una opinión”, lo que ha provocado “decisiones contradictorias” y resultado en el incumplimiento del acuerdo, según un comunicado publicado en Twitter.
En este sentido, las FAR denunciaron que, pese a la tregua de 72 horas declarada para facilitar las evacuaciones de los civiles, así como del personal diplomático, el ejército sudanés ha continuado atacando sus posiciones “con aviones y artillería”.
Por su parte, militares de Sudán acusaron a las paramilitares FAR de incumplir el acuerdo del cese dehostilidades, bombardeando, disparando y atacando los cuarteles sudaneses y otras instalaciones, así como barrios residenciales.
“Los rebeldes trataron de atacar a nuestras tropas al sur de Omdurman, pero éstas lograron repeler y neutralizar el ataque”, indicó el grupo en un comunicado en el que agregó que los milicianos han “aterrorizado” a los habitantes del barrio Burri Al Daraisa en la capital, Jartum.
La agencia Ap reportó que, pese a la tregua, combatientes armados arrasaron ayer una ciudad de la región de Darfur, donde se enfrentaban el ejército y las FAR, mientras eran saqueadas tiendas y casas.
Las hostilidades estallaron el 15 de abril en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las FAR –lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, quien es además vicepresidente del Consejo Soberano de Transición– dentro de las fuerzas armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.
El proceso de conversaciones arrancó con mediación internacional después de que el jefe del ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, encabezó en octubre de 2021 un golpe de Estado que derrocó al entonces primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok, nombrado para el cargo a raíz de los contactos entre civiles y militares después de la asonada de abril de 2019, que puso fin a 30 años de régimen de Omar Hasán al Bashir.