El compositor Johann Sebastian Mastropiero develó la clave de su insólita y arrolladora fama ante un Auditorio Nacional que se cimbró por las carcajadas de quienes acudieron a despedir, con una gran ovación, a la icónica agrupación argentina Les Luthiers.
El humor y la música; los diálogos inteligentes, los inusuales y rítmicos instrumentos (entre otros artefactos no convencionales); las letras pícaras e irónicas; las carcajadas y los aplausos fueron una constante durante el espectáculo Más tropiezos de Mastropiero, con el cual el grupo se despide, luego de más 55 años, de los escenarios.
Mastropiero, creador de las obras de Les Luthiers, fue invitado a una entrevista para el programa Diálogos con la Cultura, en la que habló sobre sus piezas, conceptos, motivaciones, pasiones, encuentros y desencuentros, entre hilarantes aventuras. Frente a una cámara, sentado en uno de los dos sillones que había en el escenario y custodiado por un librero, el compositor respondió a cada una de las preguntas de un incrédulo e “intolerante” conductor.
En una reflexión, Mastropiero reviró a su crítico entrevistador: “¿Usted qué piensa? ¿Que por serio, no se puede ser divertido?, ¿sabe lo qué es usted? un maníqueo”. Antes, ambos ya habían sostenido una develadora charla sobre este concepto.
Machismo, feminismo, política, religión…
Con música, canciones y divertidos intercambios de ideas, la agrupación abordó el machismo, el feminismo, la equidad de género, la infidelidad, la política, el proselitismo, la religión y el crimen organizado. Los temas de actualidad, reflejo de la sociedad contemporánea se entretejieron con la potencia musical y creatividad de los integrantes “históricos” del grupo: Carlos López Puccio y Jorge Maronna, quienes hicieron una elegante y sutil crítica del mundo en que vivimos.
“Son arriesgados”, sostuvo uno de los asistentes, que reía sin dejar de mirar el espectáculo. Mientras en el escenario, Roberto Antier, Tomás Mayer-Wolf, Martín O’Connor y Horacio Tato Turano actuaban, cantaban y ejecutaban diversos instrumentos para mostrar las creaciones del reconocido compositor.
En el transcurso de esa charla se rememoró, con ejemplos musicales y escénicos, buena parte de la vida del compositor, desde sus primeros fracasos hasta los más recientes. “El fanatismo de mis admiradores no tiene límite”, afirmó Mastropiero, quien se regocijó con el impacto de las selfis, así como con las fotografías que le han tomado “de frente y de perfil”.
Las obras que se escucharon fueron Diálogos de Mastropiero (monólogos), Villancicos Opus 25-12, Days of Doris (andante con fuoco de metralla), Ella me engañó (bolero protesta), Don Ciccio (capriccio italiano) y Aria agraria (tarareo conceptual).
Las risas también resonaron en cada pasillo, niveles y balcones del recinto de Reforma con Partitura invaluable (marcha semifúnebre), ¡Arriba los carteles! (de protesta), Vote a Ortega (música proselitista), La clase de música (música de primera clase), Cha cha chá para órgano a pistones y Coda a la alegría (oda).
Hacia el final del espectáculo, El blues del Fortín (Opus XIV), encantó a los asistentes, que derrocharon aplausos para la mítica agrupación argentina, pues Mayer-Wolf en el piano y Maronna en el surrealista instrumento de vientos bolarmonio cerraron con broche de oro la primera de dos noches de despedida (la otra fue ayer) de Les Luthiers en la Ciudad de México. Los alternantes en la agrupación son Santiago Otero Ramos y Pablo Rabibovich.
“Cada peso que pagué valió la pena”, aseguró uno de los asistentes, mientras una joven lamentaba con su grupo de acompañantes la gira del adiós que está protagonizando el conjunto argentino.
El espectáculo Más tropiezos de Mastropiero, con textos, música y dirección de López Puccio y Jorge Maronna, cerrará a finales de año o a principios de 2024. La gira Les Luthiers, fundado en 1967 por Gerardo Masana, continuará en Colombia y España.