De manera sorpresiva, los trabajadores de base del Congreso de la Ciudad de México tomaron la máxima tribuna para exigir la renuncia del oficial mayor, Reynaldo Baños Lozada, por la falta de mesas de acuerdo para resolver problemas relacionados con la dispersión de recursos de vales de despensa.
Al tiempo que trabajadores cerraron las puertas del recinto legislativo para impedir la entrada y salida de personas, unos 40 trabajadores se atrincheraron en la tribuna para exigir una solución, además de discutir un incremento salarial, que en el año reciente fue de 5.5 por ciento.
Debido a la protesta, el presidente del Congreso, el priísta Fausto Zamorano, decretó un receso de 10 minutos, que se alargó más de una hora, mientras permanecían encerrados diputados, sus asesores, e incluso vecinos que acudieron a la presentación de un punto de acuerdo para pedir apoyos relacionados con el proceso de reconstrucción.
“No hemos tenido ni una mesa de diálogo con el oficial mayor”, acusó Georgina Pacheco, dirigente del sindicato que representa a más de 600 trabajadores.
“¡Döring, exigimos una solución”, gritaron los afectados, quienes pidieron una reunión con el panista, que preside la Junta de Coordinación Política (Jucopo); sin embargo, en ese momento el diputado no se encontraba presente.
La coordinadora de la bancada de Morena, Martha Ávila, se acercó con el líder de los priístas, Ernesto Alarcón, a quien le pidió realizar la mesa de trabajo ante la ausencia de Döring.
Debido a la espera, Zamorano decidió concluir la sesión ordinaria porque “no había condiciones para continuar”, en medio de los gritos y abucheos de los trabajadores.
Poco después de las tres de la tarde se concretó la mesa de trabajo entre diputados y trabajadores, por lo que se abrieron las puertas de la sede del Congreso local.
Cuando los asistentes comenzaron a salir, el presidente de la Jucopo, Federico Döring, ingresó a las instalaciones. Al cierre de la edición se desconocía el resultado del encuentro con los sindicalizados.