Los trabajos de reflexión que realizó un grupo de especialistas del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de otras instituciones académicas, para hacer el libro UNAM: 100 años de muralismo, abordaron uno de los aspectos urgentes que hoy enfrenta esa expresión artística: su conservación.
En la celebración centenaria del muralismo, es necesario pensar en medidas preventivas, con el fin de evitar que se hable de murales perdidos, señaló la historiadora Dafne Cruz Porchini al detallar que, para tener un mayor conocimiento de las obras que resguarda la máxima casa de estudios, en el Instituto de Investigaciones Estéticas se están haciendo análisis materiales “mucho más complejos, desde los tipos de pigmentos hasta su relación con la arquitectura del inmueble”.
Las inquietudes entorno a la conservación “van de la mano con la estructura física y arquitectónica de los inmuebles en los que se encuentran los murales. Ese es otro de los aspectos que se estudia en el libro, ya que los murales, por las condiciones del medio ambiente y el tiempo, van cambiando, por lo que, tomando en cuenta la conservación y preservación, se actualizó el registro visual y fotográfico de los murales”.
Respecto al vandalismo que sufrió el mural de David Alfaro Siqueiros, ubicado en la cara norte de la Torre de la Rectoría (La Jornada, 31/3/23), el especialista Renato González Mello consideró que “el borramiento material de una obra cancela el pensamiento crítico para el debate. Cuando un grupo va contra la existencia física de un patrimonio cultural, cierra la reflexión implicada en una obra de arte para las generaciones futuras, y quizá para ese mismo grupo. Creo que podrían tener otras estrategias. En ese sentido, uno mi voz a la de varios colegas, quienes han rechazado el atentado físico contra los murales. Nos parece que no es la manera de entablar la discusión. Hay que argumentar de otra manera, construir nuevas interpretaciones, las cuales pueden ser críticas y exigentes, y pueden apuntar hacia un cambio. Me parece que (dañar los murales) es un empobrecimiento del debate, y que a la larga esa estrategia difícilmente va a tener un sentido liberador”.
Para Cruz Porchini, “la preservación de los murales pasa por conocerlos. Antes de emprender alguna acción (como la que ocurrió con el mural de Siqueiros), hay que saber y estudiar lo que tenemos en primera instancia”.