La inteligencia artificial (IA), además de crear textos e imágenes, irrumpe en la industria musical con la incorporación de sonidos o la invención de piezas.
Su funcionamiento es similar al de la mayoría de productos que ofrecen las compañías desarrolladoras de esa tecnología, como Google y Sony. La IA aprende estilos musicales y los combina para realizar nuevas melodías, mediante una orden o una palabra. Algunas aplicaciones (apps) tienen una base de datos con millones de canciones y sonidos grabados; el compositor es ahora la inteligencia artificial.
Para el músico y productor inglés Brian Eno, el uso de esta herramienta en sus obras es recurrente. Su más reciente material, Forever and Ever No More (2022), incluye sonidos de pájaros, aunque algunos son inventados, creados por una IA.
Eno tuvo el interés, desde 1975, de construir una máquina capaz de crear experiencias sonoras con base en sonidos grabados para componer música. Fue hasta 1996 cuando el compositor utilizó el programa Koan, de la compañía Sseyo, capaz de crear música en tiempo real, con el cual realizó una composición lanzada en un disco flexible, llamada Generative Music 1, título que se usó para referirse a un sistema que la produce de forma cambiante.
Junto con el músico y diseñador de software Peter Chilvers, desarrolló una serie de apps desde 2008, en las que retomó la idea de una “máquina creadora de melodías”.
De todas las aplicaciones que desarrolló, eligió Scape, compatible con los dispositivos iPad e iMac. Ambos ingresaron una base de datos con sonidos que se combinan para crear procesos y reglas de composición y tener como resultado música nueva.
Además, Scape permite elegir fondos de pantalla relacionados con estados de ánimo para dar una sensación general a una canción; también es interactiva, ya que el usuario puede colocar un “instrumento” para crear los tonos rítmicos y melódicos.
Según la tienda de aplicaciones de esos dispositivos, Scape “hace música que piensa por sí misma”. Incluye 15 paisajes “originales” que se pueden guardar en una galería y agregar a una lista de reproducción, lo cual también es posible compartir por correo electrónico.
La portada del disco más reciente de Brian Eno, titulado ‘Forever and Ever No More’. Foto tomadas de la página del compositor.
Prueba con la obra de Bach
Otro teórico y creativo con IA es el compositor, científico y ex profesor de ese arte David Cope (Estados Unidos, 1941), quien tuvo durante mucho tiempo la creencia de que toda la música era esencialmente “plagio inspirado”. Consideró que los grandes compositores absorbieron la música que les había precedido y sus cerebros “recombinaron” melodías. Con la ayuda de una de las primeras computadoras, se dio cuenta de que podía poner eso a prueba.
Sus primeros experimentos con IA fueron piezas torpes, pero programó, reprogramó e introdujo grandes cantidades de referencias codificadas. En 1983, después de trabajar durante un tiempo para desarmar y volver a armar corales (himnos vocales a cuatro voces) al estilo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), comenzó a analizar la música del alemán matemáticamente, y su programa Experiments in Musical Intelligence (Experimentos en Inteligencia Musical) desarrolló una personalidad propia.
Ese programa, mejorado, es hoy conocido como Emmy. Cuando se alimentaba con suficientes trabajos de un compositor, podía deconstruirlos, identificar elementos característicos y recombinarlos de nuevas maneras. Un día, Cope presionó un botón, salió a buscar un sándwich y cuando regresó, el programa ya había producido 5 mil corales originales basados en las obras de Bach. En 1993, con ese material Cope lanzó el álbum Bach by Design.