Adán Augusto López Hernández buscó ser concluyente: “No hubo ni un traslado de emergencia, no hubo ningún desvanecimiento, como algunos han pretendido hacer creer” (https://bit.ly/43V4bm5).
Luego, durante la conferencia mañanera de prensa que encabezó, Adán Augusto descalificó al Diario de Yucatán. ¿Qué diría respecto a la nota publicada?, se le preguntó a Adán Augusto, quien respondió: “Pues que es una absoluta mentira. No será la primera vez ni la última. Seguramente que miente el Diario de Yucatán; yo ya relaté cómo se dieron los acontecimientos”. La nota habla de un infarto al Presidente, se le insistió: “No, no hay nada de eso. Eso quisieran, pero goza de cabal salud, él mismo (AMLO) lo dijo ayer: está al cien por ciento en cuanto a su salud cardiaca”.
Buena parte del furor desatado entre los más innobles adversarios del presidente López Obrador se sustentó en esa peculiar nota dominical en Internet del Diario de Yucatán, que no tuvo reparos en apoyarse en verbos en tiempo condicional y en un fraseo sin rigor periodístico: “AMLO sufre presunto infarto en Mérida”, fue el título (no es necesario remarcar el nada profesional uso del adjetivo “presunto”). Como subtítulo: “El presidente Andrés Manuel López Obrador habría sufrido un infarto este domingo (...)”. Habría o no habría: “periodismo” condicional.
La nota, firmada por Joaquín Chan Caamal, comienza de la misma manera tambaleante: “El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habría sufrido un infarto o una complicación cardiaca (...)”. O uno u otro, pues, pero no covid-19. En siguientes párrafos: “... se sintió mal y se desvaneció, ante el asombro de funcionarios”; “no se pudo confirmar si durante el desmayo del presidente López Obrador estuvo presente el gobernador Mauricio Vila”, “no pudo ser ‘un golpe de calor’ el que ocasionó su desmayo porque no estuvo expuesto al sol ni a las altas temperaturas”, y, para cerrar, “trascendió que el Presidente quedó como si estuviera inconsciente, lo que causó gran preocupación de su equipo de seguridad y cercanos colaboradores” (https://bit.ly/40CcsIs).
En su edición impresa de este lunes, el Diario de Yucatán utilizó una cabeza elusiva: “AMLO causa revuelo” (cual si ello fuese una novedad en la historia del líder tabasqueño) y como subtítulo, obviamente con tipografía menor: “Se desvanece en Mérida y lo trasladan de urgencia a la Ciudad de México” (https://bit.ly/3NbdUi1).
Como es obvio, alguien miente, sea Adán Augusto o sea el Diario de Yucatán. Por lo pronto, esta publicación fue utilizada para “apuntalar” las versiones mezquinas de quienes auguraban un inminente desenlace mortal o serias e invalidantes consecuencias de salud. Lo importante, a fin de cuentas, es el esclarecimiento, la información plena y veraz.
Para dar contexto: el Diario de Yucatán, fundado en 1925 por Carlos R. Menéndez, ha sido señalado de manera constante como una publicación derechista, específicamente propanista. Carlos Castillo Peraza, ideólogo y dirigente nacional del partido blanquiazul, fue reportero, redactor y responsable de temas editoriales de ese periódico. Enviado a abrir un negocio alterno, el Diario de Campeche, Castillo Peraza fue acompañado durante años por Felipe Calderón Hinojosa, según publicó la columnista Manú Dornbierer en La Jornada Guerrero (comentado en Astillero en 2016: https://bit.ly/3oL5VxO).
En 2020, Dornbierer retomó la historia: “Felipe Calderón, en calidad de su ‘asistente plenipotenciario’, vivió varios años en ese estado con Carlos Castillo Peraza, santo del PAN, en el hotel Baluartes de la familia Arceo Corcuera. Ambos hacían por cuenta del presidente José López Portillo (1976-1982) y del gobernador Eugenio Echeverría Castellot, priístas, un periódico llamado Diario de Campeche, que imprimía El Diario de Yucatán, contra el líder político campechano El Negro Carlos Sansores Pérez” (https://bit.ly/41CgJgj). ¡Hasta mañana!
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