Con dos personajes en escena, bastante humor y referencias al amor, al ligue, la infidelidad y la venganza, se desarrolla la comedia La clase, en la que en un duelo actoral se evidencian los recovecos de la mente masculina.
En la función de 100 representaciones, el domingo pasado, Leonardo de Lozanne y José Eduardo Derbez interpretaron a los personajes que dan un sorpresivo final a la historia. Sobre el escenario develan emociones y exploran el humor, la toxicidad, el engaño y el abandono.
El Teatro México fue el lugar del encuentro entre ambos personajes. En la trama, se describe a Lalo, un hombre introvertido, inseguro, fuera de época, que acaba de ser abandonado por su pareja y desea volver al ruedo con el sexo femenino, por lo que acude a un experto en seducción.
Para ese fin, contrata sesiones con Leo, un galán mujeriego, carismático, manipulador y autoproclamado “rey del ligue”, que necesita dinero y aprovecha su experiencia dando clases en su departamento. Leo ve en Lalo una presa desesperada, a quien será fácil quitarle dinero, pero Lalo resulta no ser tan ingenuo.
Además de De Lozanne y Derbez, desde octubre pasado esta comedia ha sido protagonizada por Alejandro Nones y Miguel Burra alternando funciones.
Nones acaba de dejarla por compromisos contraídos con anterioridad, dijo el productor Xavier López Miranda, quien presentó a Mauricio Islas como integrante del elenco a partir del viernes próximo.
López Miranda y la coproductora Laura Ferretti planean que al regresar de la gira que comienza el 11 de mayo por 11 ciudades de Estados Unidos, se presente en varios recintos del país y haga una temporada más en la Ciudad de México.
La clase, que concluye temporada el 30 de abril, en el Centro Teatral Manolo Fábregas (sito en la colonia San Rafael), es dirigida por Manuel González Gil, con historia original del argentino Daniel Dátola y adaptada a México por Marco Lagarde.