Ciudad de México. Los altos niveles de capitalización que reporta el sistema bancario del país, por un lado exhiben un “sector financiero sólido”, pero también que las instituciones comerciales no necesariamente están prestando. “Este es un gran reto que tiene México porque, lo tengo que decir así, es una ineficiencia que tenemos en el mercado bancario”, sopesó el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio González.
El funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) explicó que la mayoría de los activos con que cuenta el país están concentrados en la banca comercial, casi 13 billones de pesos. Actualmente hay cerca de 50 licencias de bancos operando y desde la pandemia de coronavirus la cartera vencida en el sector —“uno de los más sólidos que tenemos en México”—, “prácticamente se ha mantenido estable”.
Durante su participación en la Cátedra SHCP 2023 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Yorio González explicó que además del índice de morosidad —que no ha mostrado señales de riesgo, según el funcionario—, los niveles de capitalización en la banca comercial están casi en el doble del mínimo requerido por convenio internacional.
Los requerimientos mínimos del marco regulatorio de Basilea marcan un índice de capitalización de 10.5 por ciento como reserva, el sistema financiero mexicano promedia un 19.3 por ciento, casi el doble. “Esto significa que los bancos después de covid han iniciado estrategias de incremento de sus reservas y esto tiene muchas ventajas, pero también desventajas”, ponderó el subsecretario.
Entre las ventajas se cuenta que el sector financiero en México es sólido. “Este tipo de reservas que mantienen los bancos son usualmente los también grandes compradores de bonos corporativos, pero también (muestran) que no está necesariamente prestando”, declaró Yorio. En general hay ineficiencias que arrastra el mercado mexicano, desde el acceso hasta la asequibilidad del crédito, explicó.
Entre las reformas que requiere el sector para abatir ineficiencias, se cuentan aquellas que promuevan mecanismos para dar “mayor profundidad” al sistema; como ejemplo, que se desprendan más instrumentos para que la gente pueda comprarlos y venderlos con facilidad, al tiempo que aumenta la demanda de créditos y se abaratan los costos de financiamiento, desarrolló el funcionario.
Durante la cátedra dada a estudiantes de la UNAM, sobre cómo se compone el mercado financiero en México, el subsecretario declaró que la actual administración no toma líneas de crédito con la banca comercial, en parte para evitar un efecto de desplazamiento, es decir, que esas instituciones concentren su servicio en el sector gubernamental y no en el privado productivo.
“El gobierno no toma líneas de crédito bancarias en el mercado local, las tomamos solamente con instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo Internacional o la Agencia Francesa de Desarrollo”, dado que, al ser las administraciones públicas unas de las principales demandantes de crédito pueden concentrar la atención de los bancos y que estos no presten a pequeñas y medianas empresas que lo requieran, amplió.