Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los cabecillas de la facción de Los Chapitos del cártel de Sinaloa, fue incluido en la lista de los 10 fugitivos más buscados por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Al actualizar su registro, la agencia indicó que el mayor de Los Chapitos es buscado por “conspiración para poseer con la intención de distribuir sustancias controladas, además de intento/conspiración-importación/exportación de sustancias controladas con intención de distribuir”.
Así, ya son dos los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, que se encuentran en dicho reporte, luego de que Jesús Alfredo Guzmán Salazar, también conocido como Alfredillo, apareció en esta lista en septiembre de 2018.
La inclusión se dio una semana después de que el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, y la directora de la DEA, Anne Milgram –quien es investigada por otorgar indebidamente contratos millonarios por adjudicación directa a antiguos colegas–, anunciaron cargos contra personas y organizaciones relacionadas con el cártel de Sinaloa, entre los que figuraron Los Chapitos: Iván Archivaldo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López, este último, preso en el penal del Altiplano.
“El Departamento de Justicia ataca todos los aspectos de las operaciones del cártel de Sinaloa”, informó Garland, en conferencia de prensa, en la que dio cuenta de medidas contra “la mayor, la más violenta y la más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”.
Los cargos se hicieron públicos en el Distrito Sur de Nueva York contra 28 acusados, entre miembros del cártel de Sinaloa, proveedores en China de precursores químicos, la empresaria Ana Rubio Zea, con sede en Guatemala (quien compra estas sustancias en nombre del cártel), operadores de los laboratorios clandestinos en México donde se fabrica fentanilo, un proveedor de armas y varios implicados en lavado de dinero.
Por la captura de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por cada uno, además de 5 millones por Joaquín Guzmán López.