Si en México se logra conformar una comisión de diputados que trabaje de manera permanente con sus pares estadunidenses por la libertad de Julian Assange, preso desde hace cuatro años en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, Inglaterra, sería de suma importancia para esta lucha, y la primera de este tipo en el mundo, aseveraron John Shipton, padre del fundador de Wikileaks, y Gabriel, su medio hermano, quienes abogan porque se concrete esta iniciativa.
Resaltaron que México es una nación en la que encuentran tanto apoyo político –encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador– como social, en medio de un proceso judicial que continúa estancado, a la espera de que se resuelva la apelación en contra de la decisión de extraditar a Assange a Estados Unidos, y en el que organizaciones defensoras de derechos humanos, como la ONU, “han fracasado” para lograr su libertad.
En una visita de pocos días a la capital del país, luego de estar en Estados Unidos, los familiares de Assange se reunieron con el jefe del Ejecutivo, legisladores y ciudadanos simpatizantes con esta lucha. John confió en que tras estos encuentros, López Obrador “tenga algún contacto con la administración de Joe Biden para abogar por la liberación de Julian”, al igual que lo hagan los diputados con los congresistas estadunidenses.
“El Presidente ha sido claro que le gustaría ver a Julian Assange libre y que es bienvenido (al ofrecerle asilo), por eso venimos aquí, porque somos bienvenidos”, y “siento que Julian puede venir aquí”, enfatizó en entrevista con La Jornada.
Gabriel señaló que la conformación de la comisión de diputados, como propusieron legisladores de Morena el jueves, se sumaría a acciones que se realizan en otros países como en Alemania, donde integrantes del parlamento federal, siempre tienen en su agenda tratar el caso de Assange en visitas oficiales a Estados Unidos.
John también reconoció el acompañamiento de Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Venezuela. Manifestó que la Doctrina Monroe, que se engloba en la frase “América para los americanos, ha llegado a su fin, América Latina pasa a ser un poder mundial”.
Reiteraron que es evidente que detrás del proceso judicial contra Assange hay un tinte político. Mike Pompeo, ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y ex jefe del Departamento de Estado, en su libro Nunca cedas una pulgada, reconoce que presionó con éxito a Ecuador para que fuera expulsado de su embajada (en Londres, 2019) y que estuvo involucrado en la generación de los cargos.
“En este procedimiento judicial sólo se tiene que mirar hacia atrás para ver que hay abuso tras abuso”, subrayó Gabriel. Ejemplificó con el hecho de que a Assange se le ha negado asistir a sus citas judiciales; “sin ninguna razón, ha estado incomunicado, sin condena de ningún delito”.
Estados Unidos, continuó, quiere hacer de él un ejemplo de que eso le va a pasar a quienes revelen documentos secretos. Además, ese país “está utilizando sus leyes de espionaje para ir tras los periodistas y editores, y no lo están haciendo en su propio territorio, están llegando a otras naciones”.
En este sentido, Gabriel refirió que hay una demanda legal contra UC Global y su director, David Morales, por espiar a Assange, la cual está estancada “porque los jueces solicitaron que Pompeo comparezca” en España, pero él se ha negado.
También, agregó, hay un litigio civil presentado por abogados de Julian, entre otros, contra la CIA y Pompeo, “por la violación de derechos de la Cuarta Enmienda, que establece que el gobierno requiere de una orden judicial para realizar un registro”, pero no avanza porque esa agencia “intenta descartarla”.
Frente a este contexto, el padre de Assange expresó que su hijo es un hombre que “en los hechos ha desaparecido de la vista pública”. En Belmarsh tiene visitas de su familia, “aunque es un proceso complejo” y se le permiten llamadas de sólo 10 minutos con ellos o amigos cercanos, y un poco más con sus abogados.
“Su salud no es la mejor”, manifestó. A finales de 2021 “tuvo un ligero ataque cerebrovascular, eso es prueba de que su cuerpo se está desgastando” por las condiciones de detención –cerca de 14 años contando el arresto domiciliario y el tiempo en la embajada de Ecuador– y la tortura sicológica, agregó Gabriel.
John recordó que parte de ello ha sido documentado por organismos internacionales. No obstante, también consideró que el trabajo de éstos ha fallado. “Si están haciendo todo lo posible para sacarlo, fracasaron, es vergonzoso, y si no están haciendo todo lo que está en sus manos, son deficientes”.