En el segundo día de actividades de la Fiesta del Libro y la Rosa, que se inició el viernes, en el Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el flujo de visitantes fue notoriamente mayor que el año pasado, celebraron los editores participantes.
Esta es una buena noticia para los sellos independientes, que tuvieron que cubrir el costo de unos 8 mil 300 pesos por un espacio de tres por tres metros, lo cual, para muchos de ellos, es oneroso, informaron a La Jornada. Algunos comentaron que tuvieron que pasar “un filtro” para ser anotados en la lista de espera hace un año, con el fin de que los organizadores los consideraran expositores, “situación que no aplica a los grandes consorcios editoriales”.
El encargado de la editorial Literal MX, de Guadalajara, dijo que para recuperar la inversión como mínimo necesitaban vender cuatro veces más del precio del estand, monto que esperan obtener debido a la cantidad del público que acudió el fin de semana. Agregó que en el caso de la Feria Internacional del Libro de la capital de Jalisco, el precio por espacio “va de entre 23 a 26 mil pesos, por un espacio más pequeño, cantidad que fue difícil recuperar en la contingencia sanitaria”.
Responsables de sellos “grandes” como el Instituto Nacional de Salud Pública, la Universidad Iberoamericana y el Colegio de México, entre otros, aseguraron que no se tienen que apuntar en ninguna lista de espera, sino que reciben invitaciones. Para editoriales como Larousse, el costo de los espacios no es problema, según la expositora que atiende uno de los estands más grandes.
“Se convoca sin distinciones”
Alejandro Villaseñor, director comercial de la Dirección General de Publicaciones de la UNAM, confirmó a este diario que todos los editores interesados en participar en esta fiesta “deben registrarse en una convocatoria que se publica desde el año pasado; no existen preferencias, esta es una universidad plural”.
Familias y grupos de amigos caminaron entre los módulos este sábado en la Fiesta del Libro y la Rosa; hojearon libros y pasearon a sus mascotas. Algunos hicieron largas filas para pedir firmas a sus autores favoritos, mientras los más pequeños jugaban en el área infantil; al final los asistentes se relajaron comiendo raspados.
Hoy se espera mayor asistencia por ser el Día Mundial del Libro, declarado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultural en 1995; se regalarán cerca de 7 mil rosas a los que lleguen, para continuar la tradición.