Xalapa, Ver., Hipólito Rodríguez Herrero, quien dirige una investigación nacional sobre residuos urbanos, apuntó a tres acciones claves para revertir el mal manejo de la basura en el país: eliminar tiraderos a cielo abierto que infringen la ley ambiental, promover el reciclaje de papel, plástico y aluminio e impulsar el uso de abonos a partir de residuos orgánicos.
Rodríguez Herrero es el coordinador académico de la Estrategia Transdisciplinaria de Investigación y Resolución en la Problemática Nacional de los Residuos Sólidos Urbanos en siete ciudades: Acapulco, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Coatzacoalcos-Minatitlán, Cuetzalan y Ensenada.
Este proyecto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en el que participan más de 40 investigadores, busca impulsar nuevos modelos de gestión de los residuos sólidos urbanos.
Sólo 10 por ciento cumple la norma
El experto reveló que, según un reciente estudio realizado en 380 sitios de depósito final del país, sólo 10 por ciento cumplen más o menos con la norma.
Mencionó el caso de Xalapa, donde él fue presidente municipal en el periodo 2018-2021. Explicó que encontró una empresa trasnacional que gestionaba de manera deficiente el relleno sanitario municipal y contaminaba los ecosistemas del entorno.
“Lo que hicimos fue retomar las instalaciones para que se cumpliera con las normas ambientales y para eso hay que invertir. Y ese es el problema que tienen los ayuntamientos, que necesitan invertir”, señaló.
Rodríguez Herrero consideró importante que haya un cambio en el diseño federal y estatal para que los ayuntamientos tengan recursos.
Además, subrayó, “los sitios de depósito final tienen que cumplir una función regional, intermunicipal, porque ningún municipio es una isla, todos forman partes de pequeñas regiones, necesitan gestionar los recursos de forma mancomunada”.
Revisar a los privados
El especialista refirió que en muchos de los más de 2 mil municipios del país, la basura se puede gestionar a escala local, pero en ciudades de más de 15 mil habitantes hay un modelo en el que hay concesiones a empresas privadas o un modelo mixto.
Ante esta situación, hizo hincapié en la necesidad de revisar los casos de participación de particulares, para garantizar que los servicios de gestión de basura cumplan con la norma.
Volvió al ejemplo de Xalapa: “teníamos una empresa que no cumplía con la ley ambiental, ni con las cláusulas del contrato y que despojó al municipio de recursos”.
Detalló que “se le pagaba a esta compañía 40 millones de pesos al año y cuando asumimos la responsabilidad nos dimos cuenta que cuesta la mitad. No es que todas sean así, pero es frecuente que abusen”.
Rodríguez Herrero precisó también que los sitios de depósito final no pueden estar cerca de un cuerpo de agua o de un asentamiento humano, porque erosionan la biodiversidad del lugar.
Además, deben tener geomembranas que eviten lixiviados (desechos líquidos) que contaminan mantos freáticos y tener cubiertas de cierto tipo de arena para evitar fauna nociva; pero, añadió, muchos de estos lugares no cumplen con dichas condiciones.
Años de indiferencia y tolerancia
El investigador expuso que en muchas partes del país se repite esta situación, que se acumuló después de muchos años de indiferencia y tolerancia a prácticas nocivas.
No obstante, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador quiere poner orden, aseguró Rodríguez Herrero, y citó como ejemplo el caso del basurero Las Matas, en el sur del estado, donde el Conacyt trabaja con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales para que sea cerrado definitivamente.
Atacar desde el origen
El investigador advirtió que el problema de los residuos sólidos debe atacarse desde el origen, es decir, en la manufactura de productos con empaques que son muy difíciles de reciclar.
También, indicó, hay que ayudar al consumidor a que cambie sus hábitos de consumo, para que no acepten plásticos de un solo uso y luego hacer que los gobiernos locales impulsen modelos de consumo responsable.
Rodríguez Herrero hizo hincapié en fortalecer los procesos de reciclaje, ya que “ocurre de forma irregular, informal, precaria, donde las personas que se dedican a la pepena sí reciclan mucho, pero lo hacen con muy poca productividad, en condiciones inapropiadas, arriba del camión de la basura, en la calle”.
Al respecto, recalcó que es importante regular los mercados de reciclaje para que no se abuse de los trabajadores al pagarles precios bajos por kilo.
De nuevo, con el caso de Xalapa recordó que la mitad de los residuos eran orgánicos y “lo que hicimos fue impulsar centros de compostaje para aprovechar esta materia y volverla a meter al circuito de la producción, a través de la generación de los abonos”.
Explicó que manejar adecuadamente los residuos orgánicos e impulsar un correcto reciclaje puede ayudar a disminuir el material que llega al depósito de residuos sólidos hasta en 50 o 60 por ciento, sumar a las finanzas municipales y alargar la vida del relleno sanitario.