Más allá de las hazañas de los deportistas mexicanos en las justas de ciclo olímpico, muchas de ellas logros aislados produc-to de esfuerzos personales carentes de estructuras de desarro-llo, en el plano de la dirigencia fue el empresario Mario Vázquez Raña el mexicano con mayores alcances internacionales.
Hijo de migrantes españoles avecindados en México en 1928, Vázquez Raña fue uno de los nueve titulares del Comité Olímpico Mexicano (COM), en el que se perpetuó de 1974 a 2001 y don-de erigió presidente vitalicio.
Paralelo a sus actividades como propietario de la empresa editorial OEM, Vázquez Raña fue acumulando cargos internacionales des-de la plataforma que representaba el COM, de tal manera que fue miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) de 2000 a 2012, presidente de la Organización Deportiva Panamericana desde 1975 –cuando trajo los Juegos Panamericanos a México–, y relecto una y otra vez hasta 2016, aunque falleció un año antes.
Fue creador en 1979 de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO), una especie de regulador que agremiaba a más de 200 países, organismo que dirigió hasta 2012, al tiempo que también encabezó la Comisión para la Solidaridad Olímpica de 2002 a 2012.
Vázquez Raña se encumbró en el deporte como escudero en las relecciones del español Juan Antonio Samaranch al frente del COI, y fue precisamente en 2012 cuando renunció a todos los cargos que tenía en la familia del olimpismo mundial, al denunciar “deslealtad y traición a la ACNO y a los verdaderos ideales olímpicos”.
Considerado por muchos el líder moral del olimpismo mexicano, Vázquez Raña murió el 8 de febrero de 2015 a los 82 años de edad.