América y Pumas brindaron un clásico capitalino de alta intensidad y con búsquedas de arco a arco en el estadio Azteca, que terminó en empate (1-1) y con sensaciones divididas. Como en otras sedes de la Liga, el sistema Fan ID fue aplicado de manera obligatoria a partir de esta jornada en el Coloso de Santa Úrsula, provocando retrasos de hasta una hora en el ingreso de una multitud que copó las gradas.

Una serie de vallas metálicas de seguridad, ubicadas alrededor de los torniquetes de entrada, sirvieron en principio como primer filtro de seguridad para la revisión de boletos, código QR personalizado y su fotografía. Sin embargo, conforme la hora del partido estaba más cerca, los encargados de operar la herramienta resolvieron que sólo era necesario presentar el celular con el registro sin cotejar los datos personales.

De esa manera fueron reduciendo de tamaño las filas inmensas que dieron vuelta sobre el perímetro. “¿Para qué tanto circo si no van a revisar nada?”, se quejaba un grupo de aficionados puma después de formarse casi 40 minutos en la entrada más cercana al estacionamiento.

De acuerdo con el último reporte de la Liga, las nuevas medidas de seguridad han reducido 57 por ciento el número de miembros de los grupos de animación. A pesar de ello, y de un operativo que contó con cerca de tres mil elementos para vigilar entradas y salidas, nada pudo detener la presencia de La Rebel, nutrida en la parte alta del inmueble por cientos de seguidores auriazules que entonaban cánticos sobre un varandal.

En un templo colmado por camisetas de ambos equipos, los felinos sufrieron un inesperado calvario. Con un duelo de entreguerras por delante, los argentinos Juan Ignacio Dinenno y Eduardo Salvio apenas cruzaron el medio campo mientras su rivales se arremolinaban sobre la línea de fondo. Ni un garabato cerca había tenido el portero Luis Malagón en el primer tiempo, hasta que ganó un mano a mano en el área frente a Dinenno luego de un error de su defensa.

El vértigo desplomó por momentos al equipo universitario. Aquel combo excitante que avasalló a sus rivales con la llegada de Antonio Mohamed, expulsado por reclamaciones al cuarto árbitro, no alcanzó para destronar a las Águilas en un durísimo clásico capitalino. Más de una vez y con diferentes recursos, los intentos de Richard Sánchez y Henry Martín se quedaron a las puertas del arco de Julio González.

Pumas tardó en responder, pero cuando lo hizo abrió los cartones en un tiro de esquina, gracias a un remate de media vuelta de Nicolás Freire (68). Aquel golpe removió las entrañas del América, que empató con un penal de Henry Martín (72) tras una falta de Diogo de Oliveira sobre Sebastián Cáceres.

Las Águilas se mantuvieron en el segundo lugar con 31 puntos, mientras Pumas se mantuvo en zona de repechaje con 18.