Mazatlán, Sin. El lenguaje del narco emplea vocablos diferentes en las distintas regiones del territorio nacional, pero existe una narrativa central dominante que justifica la militarización o presencia de las fuerzas armadas en las calles, asegura el escritor Osvaldo Zavala.
El autor presento el libro “La Guerra en las palabras, una historia intelectual del narco en México (1975-2020)”, durante la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Sinaloa (FELIUAS), la cual estará hasta el 28 de abril.
El escritor aborda el tema del narcotráfico desde el lenguaje, que le parece crucial porque existe una plataforma simbólica, que es distinta a la historia del fenómeno material de la producción, distribución y consumo de narcóticos, al periodo denominado la guerra contra el narco, y considera se debe de analizar como un registro separado.
Osvaldo Zavala (Ciudad Juárez, 1975), es narrador y profesor en The College of Staten Island y de City University of New York , es autor de “Los Carteles no existen; Narcotráfico y cultura en México”; Volver a la modernidad y Genealogía de la literatura mexicana de fin de siglo. Doctor en estudios hispánicos por la Universidad de Texas y en estudios de literatura comparada en la Universidad de París.
Zavala expone que como profesor de literatura y cultura en Estados Unidos, se dio cuenta del fenómeno del narcotráfico cuando empezó a leer diversos libros del tema y hurgó en los diferentes archivos, hemerotecas y viajó para revisar el Archivo General de la Nación en México y revisión de trabajos periodísticos y académicos para intentar tratar de trazar la aparición de los diferentes vocablos y de la distintas expresiones que utilizan los criminales.
Señaló que en las lecturas realizadas se dio cuenta que había una narrativa central que se repetía insistentemente en todos los libros o ensayos que revisaba, y además estaba la presencia del narcotráfico en la televisión incluso en corridos que interpretaban grupos como los Tigres del Norte.
El investigador dijo que su contribución no es hablar de los narcotraficantes, de lo que se cree que hacen, sino de articular el discurso que domina en ese ambiente, que fundamental para comprender el lenguaje del narcotráfico, que es una historia discontinua, contradictoria, fantasiosa, dispersa y ocurrente que depende de las épocas de las instituciones políticas que se encuentran en el gobierno y que no tiene nada que ver el crimen como tal.
Por último, expuso que para “disminuir la presencia del narco”, hace falta una ciudadanía critica que no consuma los productos culturales de modo celebratorios, aunque es algo difícil, además de que los medios de comunicación dejen de legitimar la guerra contra el narco, que no vayan tras la información de personajes como “Ovidio” o el “Mencho”, o de otros eventos que hacen referencia a ese contexto.