La edición 15 de la Fiesta del Libro y la Rosa que comenzó ayer en el Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ofreció una novedad: un área totalmente dedicada a la literatura infantil. Además, entre las 25 editoriales independientes que se dan cita, muchas de ellas se juntaron para ocupar un solo estand y cooperar para pagar los costos del espacio, “que son muy altos”, dijeron.
Las autoridades universitarias esperan superar la cifra de asistentes del año pasado, que rondó los 30 mil visitantes. Este viernes, después del mediodía, el entusiasmo del público ya era visible. Sin embargo, libreros y organizadores coincidieron en señalar que entre sábado y domingo llegarán los invitados de honor de este año: los niños.
Faltaron las rosas, y las pocas que había estaban escondidas dentro de pequeños jarrones de cristal en los módulos de información o en las salas de presentación; ninguna se repartió. En cambio, en la fiesta sólo se ofrecieron miles de libros, desde novelas, poesía y cómics, hasta títulos de temas como matemáticas, antropología, física o historia.
A la celebración asistieron 107 editoriales, 27 expositores más de los que se presentaron en 2022, de acuerdo con Alejandro Villaseñor, subdirector comercial de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM. Entre separadores, tazas, corbatas, papas y esquites se encontraban, por ejemplo, Grupo Planeta, con una oferta de alrededor de 2 mil 500 títulos y 5 mil libros; el Fondo de Cultura Económica (FCE), con entre 8 mil y 10 mil ejemplares y cerca de 400 títulos, así como Penguin Random House, con mil títulos y poco más de 6 mil textos, informaron los encargados de esos sellos.
Por otro lado, la editorial independiente mexicana Aquelarre (donde se agruparon Odo Ediciones, Sensacional de Escrituras, Una Habitación Para Nosotras, Palíndroma y Aquelarre de Tinta), informó a La Jornada que debían vender mínimo 10 libros diarios para recuperar la inversión que hicieron al pagar “el alto costo” de su módulo. Entre los títulos que ofrecen se encuentran varios de temática feminista y LGBT.
En las áreas verdes del CCU se colocó a las editoriales dedicadas a la literatura infantil, acontecimiento único desde la creación del encuentro de la UNAM. Esta iniciativa se ideó debido a que “el año pasado ya habíamos recibido a algunas editoriales para niños y jóvenes, pero estaban dispersas. Por lo que se pensó que sería más útil y lógico encontrar los estands de manera más ordenada; si este año sale bien, el que viene seguiremos haciéndolo”, añadió Villaseñor.
Entre los asistentes se encontraba un grupo de jóvenes que con apoyo de un cartel escrito a mano pedía a otros visitantes recomendaciones de literatura latinoamericana contemporánea. También acudieron a la Fiesta del Libro y la Rosa decenas de lectores con bolsas de tela para cargar sus compras, entre ellas, la maestra de educación especial Elena Velasco, quien se llevó libros para ella y una buena cantidad para sus sobrinas y estudiantes.
Autores como Claudia Piñeiro, Margarita Dalton y Benito Taibo tuvieron oportunidad de convivir con sus lectores y celebrar “este encuentro hecho por universitarios que apela a las lógicas que guían nuestro actuar: la autonomía, la libertad y la generación de conciencia crítica”, concluyó el autor de Persona normal.