Moscú. La víspera de que Estados Unidos y sus aliados se reúnan de nuevo en la base militar de Rammstein, Alemania, para acordar el nuevo paquete de armamento para Ucrania, el secretario general de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), Jens Stoltenberg, visitó ayer Kiev para reiterar el respaldo de la alianza noratlántica al gobierno del presidente Volodymir Zelensky.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, declinó comentar la visita de Stoltenberg y se limitó a recordar que uno de los objetivos de la “operación militar especial” que lleva a cabo Rusia es “precisamente impedir el ingreso de Ucrania a la OTAN, lo cual sería una grave amenaza para la seguridad de nuestro país”.
La expansión de la OTAN hacia el este es una de las principales preocupaciones del Kremlin. Aun sin Ucrania, con la reciente adhesión de Finlandia, a comienzos de este mes, la frontera terrestre con Rusia de países miembros de la alianza noratlántica se duplicó: a los mil 200 kilómetros que tenía con Estonia, Noruega, Letonia, Lituania y Polonia, los finlandeses aportaron otros mil 340 kilómetros.
Y ahora, en abierto desafío a Moscú, el secretario general de la alianza noratlántica viajó a Kiev por primera vez desde que comenzó el conflicto frontal. “La OTAN está con ustedes hoy, lo estará mañana y el tiempo que sea necesario”, afirmó Stoltenberg en una rueda de prensa al término de su visita a la capital.
Según el emisario de la alianza, todos los miembros están de acuerdo en que Ucrania, en el futuro, debe formar parte de “la familia euroatlántica” y, vaticinó, que “con el tiempo, nuestro apoyo contribuirá a hacer esto realidad”.
Pero ahora, matizó Stoltenberg, “lo más importante es ayudar a Ucrania a ganar esta guerra”, ya que sólo así podrá seguir siendo un país independiente y tendrá sentido solicitar su adhesión al bloque militar. Por ello, los aliados “estamos suministrando ahora más aviones, tanques, vehículos blindados, y el fondo de la OTAN para Ucrania ofrece apoyo urgente. Y todo esto, hoy por hoy, marca realmente la diferencia en los campos de batalla”, precisó el también ex primer ministro de Noruega.
Explicó Stoltenberg que los países de la alianza, desde febrero de 2022, “ya han otorgado 150 mil millones de euros de ayuda a Ucrania” y se mostró confiado de que en la reunión de hoy en la base militar de Rammstein “podremos conocer nuevos anuncios sobre aportación militar específica a Ucrania, que por supuesto servirá para complementar toda la asistencia sin precedentes que ya se prestó”.
Por su parte, el anfitrión Zelensky agradeció la presencia en Kiev del secretario general de la OTAN y le pidió mediar con los socios de Ucrania para “superar los tabúes” en materia de suministro de armas de largo alcance y aviones modernos.
“Vemos esta visita de Jens Stoltenberg, la primera desde que comenzó la guerra, como una señal positiva en el sentido de que la alianza está dispuesta a comenzar una nuevo capítulo en las relaciones con Ucrania, un capítulo de decisiones más ambiciosas”, señaló.
Y, sin ambages, planteó: “Necesitamos algo más que el formato actual de nuestras relaciones. Apreciamos que los países de la alianza noratlántica nos apoyen con armas, pero queremos entender cuándo estará Ucrania en la OTAN”.
Según el presidente ucranio, “ya es hora de que los dirigentes de la alianza definan la perspectiva del ingreso de Ucrania, diseñen el algoritmo del avance de Ucrania hacia esa meta y ofrezcan las garantías de seguridad para nuestro Estado durante el periodo hasta nuestra adhesión”.
Para Zelensky, la próxima cumbre de la alianza, a celebrar en julio en Vilna, la capital de Lituania, será un “evento histórico”, en el que espera se anuncien pasos "específicos y concretos, algo que “ninguna barrera objetiva” puede impedir.