Fundada en 1290, la Universidad de Coimbra, en Portugal es una de las más antiguas de Europa. Declarada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura patrimonio de la humanidad, desde 1597 ocupa un bello edificio medieval en el que se imparte enseñanza sobre derecho, letras, medicina y farmacia, ciencia, tecnología, educación, economía y sociología.
En esta última disciplina destaca por el Centro de Estudios Sociales (CES), fundado en 1974 por Boaventura de Sousa Santos, el intelectual portugués más importante, cuya obra es reconocida en el mundo.
De Sousa Santos (82 años) y su ayudante afroportugués, Bruno Sena Martins (45 años), son señalados ahora de acoso sexual por tres mujeres que estudiaron en el CES: la belga Lieselotte Viaene, la portuguesa Catarina Laranjeiro y la estadunidense Myie Nadya Tom. Lo hacen en un artículo del libro Sexual Misconduct in Academia: Informing an Ethics of Care in the University, publicado en marzo por el sello británico Routledge.
Aunque no mencionan a Boaventura por su nombre, ni al CES, dan descripciones que los identifican. Las denunciantes citan abrazos largos y familiaridad excesiva, y una de ellas dice que él le tocó la rodilla y la invitó a “profundizar la relación” en pago por su apoyo académico.
El conocido intelectual afirma que las autoras no lo citaron para preservarse legalmente y las acusó de querer “echar barro a los que se destacan y luchan por un mundo mejor”. Que a su edad, “pensé que tenía derecho a un poco de paz, pero desafortunadamente el mundo en el que vivimos no permite que eso suceda”.
En mensaje en los medios, asume “la responsabilidad institucional por cualquier negligencia que pudo haber ocurrido cuando era director del CES”. Y si se confirman, deben juzgarse allí y en las instancias judiciales. Aclara que sólo tuvo dos reuniones con la principal autora del artículo, Lieselotte Viaene, para resolver los problemas de “comportamiento insolente e indisciplinado” de ella. Fue expulsada del CES en 2018 luego de que reconoció su mal comportamiento. Agrega que se trata de “un miserable acto de venganza institucional y personal”.
El CES suspendió a los académicos mientras se investiga. En paralelo, De Sousa Santos promete defender su nombre en las instancias universitarias y judiciales de Portugal.