Chilpancingo, Gro. El corresponsal en Chilpancingo, de la Agencia de Noticias Quadratín, Eduardo Yenner de los Santos, presentó en la Fiscalía del Estado de Guerrero (FEG), una denuncia, por robo y allanamiento de morada en contra de quien o quienes resulten responsables.

En entrevista, el reportero recordó que al llegar a su domicilio alrededor de las 22 horas del pasado martes 18 de abril a las 10 de la noche, se percató que varias de sus herramientas de trabajo no se encontraban en los lugares en que acostumbra dejarlos.

Manifestó que al hacer una inspección al interior de uno de los cuartos del departamento en que vive, se llevó la sorpresa de que faltaban 3 cámaras fotográficas, y una de video; además de su computadora, y un disco duro en donde guardaba todo su trabajo periodístico, al menos de los últimos 10 años, entre videos, entrevistas, su notas y reportajes, así como cientos de fotos “realmente es lo que más me preocupa, y me dolería mucho no recuperarlo”.

También mencionó que le robaron unos cinco mil pesos en efectivo, que tenía en uno de sus cajones “me extraña, que los presuntos rateros no se llevaran otras cosas de valor, como una bicicleta, un equipo modular, y otros aparatos eléctricos”.

De los Santos dijo que también a un matrimonio que vive en la misma vecindad, los habían robado algunos aparatos eléctricos, y al parecer celulares que había en su vivienda.

Además, se dijo sorprendido del atraco de que fue objeto “nunca he tenido ninguna intimidación, represión, y tampoco nadie me ha amenazado, por eso se me hace raro que me hayan robado mi equipo de trabajo”.

Sin embargo, mencionó que apenas hace unos meses otros tres compañeros reporteros, entre ellos Arturo de Dios Palma, y a Juan Aponte, también tuvieron el mismo problema “entiendo que les robaron una memoria, su celular, y otros artículos, además de dinero en efectivo”.

Finalmente, Eduardo Yenner de los Santos, recordó que, junto con Arturo de Dios Palma, en el año 2015 tuvieron que salir de la cabecera municipal de Chilapa de Alvarez, en la Montaña Baja, debido a que fueron amenazados de muerte por presuntos grupos delincuenciales, que desde entonces prohibieron la publicación de semanarios, y diarios, pero también la venta de los periódicos y revistas de circulación nacional, y la instalación de puestos de venta.