Tlaquepaque, Jal., La Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) invertirá 170 millones de pesos en los próximos tres años en humedales en México.
Dado que el futuro del agua está en regenerar y reutilizar, lo que ayudará a preservar este recurso y darle viabilidad a las actividades productivas, la IMCC, conformada por Coca-Cola México, ocho grupos embotelladores, Jugos Del Valle-Santa Clara y plantas de reciclaje Petstar, tiene en la mira el desarrollo de sistemas de tratamiento de agua de forma natural que imitan a la naturaleza.
César Espinosa, gerente senior de sustentabilidad de Coca-Cola México, detalló que los humedales artificiales tienen el objetivo de limpiar 3 millones de litros de agua al día, equivalente a más de 600 pipas diarias de 5 mil litros, lo que beneficia a 18 mil personas.
En México muchas comunidades campesinas dependen cultural y económicamente de la sobrevivencia y la salud de los humedales, además, una enorme variedad de productos que consumimos cotidianamente tienen su origen en estos lugares.
“Tenemos 97 años en México y para llegar a los 100 y más necesitamos cuidar el agua. Nuestros productos son a base de agua y tenemos que invertir en programas de acceso al agua”, afirmó Espinosa.
La pobreza hídrica también existe y podría duplicarse si no se llevan a cabo inversiones y concientización social, advirtió.
En el marco de la visita a las instalaciones de la planta “La Favorita” de Arca Continental en Guadalajara, César Espinosa compartió que un tema qué hay que resolver es la infraestructura y para desarollarla, según cifras de la UNAM y la Unesco, se necesita una inversión de 80 mil millones de pesos anuales entre gobierno, industria y ciudadanía.
“Es importante la acción colaborativa, pues cada industria no puede enfrentar el problema sola. Es importante que se hagan proyectos con el gobierno, a los tres niveles, con la sociedad civil y con otras industrias, no solo con la de alimentos y bebidas”, aseveró.
Añadió que son 17 los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas, pero no todos tienen la misma importancia, al menos para las empresas mexicanas, que están apostando de manera desigual.