La realidad y la ficción se entretejen en la propuesta escénica Tiburón, cuya trama evoca la travesía realizada hace 500 años por el evangelizador fray José María de Barahona desde Sevilla, España, hasta la isla Tiburón, en el estado de Sonora, y el viaje efectuado en el presente a esa misma región y con un propósito académico por el personaje protagonista de la historia, quien relata ambos recorridos.
Con la actuación y dirección de Lázaro Gabino Rodríguez, y la dramaturgia de Luisa Pardo, la puesta mezcla esas dos historias “para establecer un diálogo entre la época colonial y el presente, además de plantear una crítica al proceso de evangelización y a ciertas instituciones académicas”
La obra sólo tendrá seis funciones en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario (CCU), a partir de hoy, con funciones dobles el sábado y domingo.
El montaje, parte del programa México 500, organizado por Cultura UNAM, hizo una primera gira en 2020 por España y Suiza. Posteriormente, en 2021, se estrenó en México para celebrar la reapertura (pospandemia) del Teatro Juan Ruiz de Alarcón.
En noviembre de 2022, el montaje regresó a Suiza para ofrecer funciones en el teatro Vidy Laussane y en diciembre en los teatros Jean Vilar y La Vignette, en Francia.
La compañía Lagartijas Tiradas al Sol es un referente del teatro mexicano contemporáneo. Su propuesta escénica Tiburón es parte de un proyecto que la agrupación ha articulado bajo el título “La democracia en México”, que integra 32 montajes, tomando como referencia cada uno de los estados del país y con base en el libro del mismo nombre (La democracia en México), del sociólogo e historiador, recién fallecido, Pablo González Casanova, quien hace en ese estudio un diagnóstico del ámbito político y democrático del país.
“En Tiburón se trata de reflexionar sobre las características de la democracia en un país multicultural, donde conviven distintos pueblos originarios con diferentes lenguas, culturas, tradiciones y costumbres, y cómo se relacionan las personas que viven en la ciudad con todo eso”, explicó Rodríguez en charla con La Jornada.
Lo que se propone es “plantear ciertas cuestiones éticas que tienen que ver con la herencia colonial, en disciplinas contemporáneas como la antropología o instituciones académicas, así como las consecuencias y lo que implicó el proceso de evangelización, así como el lugar que ocupa la cuestión de la fe en las clases medias”.
Muchos crecimos, abundó el creador escénico, “con la idea de que todo pasado fue mejor, creyendo que, por el hecho de que una cultura fuera antigua, equivalía a decir que era buena, o que la tradición era algo que se debe preservar. Ese afán conservador es el que señalamos. Hacemos una crítica a la manera en que hemos institucionalizado ciertos conceptos.
“Se cuestiona el derecho –o no– de criticar a otras culturas con base en nuestros principios morales. Lo que se cuestiona es el relativismo moral.”
La obra, producida por el Zürcher Theater Spektakel, de Suiza, la compañía Lagartijas Tiradas al Sol y Teatro UNAM, “juega con la realidad, la verosimilitud y la ficción”. Es un montaje en el que se hace mucho uso del video y en el que también se utiliza una serie de los tradicionales telones pintados, que en el pasado daban la ilusión de la escenografía de un lugar y que para el montaje fueron creados por Pedro Pizarro.
Tiburón se presenta hoy y mañana a las 20 horas, con funciones dobles el sábado a las 12:30 y 19 horas, y el domingo a las 12:30 y 18 horas, en el Teatro Juan Ruiz Alarcón del CCU (Insurgentes Sur 3000, CDMX).