Karuizawa. Los jefes de la diplomacia del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) advirtieron ayer de los “severos costos” para quienes ayuden a Rusia en su guerra contra Ucrania y mostraron un frente unido ante el desafío geopolítico de China, al término de dos días de trabajo en el pueblo de Karuizawa, Japón.
Los cancilleres no presentaron en su comunicado de compromisos nuevas medidas contra Rusia, pero prometieron responder a quienes le ayuden a evadir las sanciones impuestas o a adquirir armas, y rei-teraron su posición de respaldar a Ucrania “el tiempo que se requiera”.
“No puede haber impunidad para crímenes de guerra y otras atrocidades como los ataques de Rusia contra los civiles y la infraestructura civil crítica”, subrayaron. Además, arremetieron contra “la irresponsable retórica nuclear” del gobierno ruso y consideraron “inaceptable” el despliegue de armas tácticas en Bielorrusia.
También mostraron su oposición a las “actividades de militarización” de China en el mar Meridional y reiteraron su política de defensa a Taiwán. El documento reprocha a Pekín la expansión “acelerada” de su arsenal nuclear.
En respuesta, el vocero de la cancillería china, Wang Wenbin, instó al bloque a reflexionar sobre sus propios problemas, descartar la mentalidad de la guerra fría, así como los prejuicios ideológicos, y a dejar de interferir en los asuntos de otros países.
“El comunicado refleja la arrogancia, el prejuicio y el deseo deliberado del grupo de bloquear y contener a China”, denunció.
El documento se preparó como base para la cumbre de jefes de gobierno del G-7, que se celebra el mes que viene en Hiroshima, e incluye referencias a Irán, Myanmar, las mujeres en Afganistán, el golpe de Estado en Sudán, la proliferación nuclear y otras “amenazas”, como los ensayos atómicos de Norcorea.