Jartum. El ejército de Sudán y las fuerzas paramilitares, que se enfrentan desde hace cuatro días por el poder, aceptaron ayer un alto el fuego de 24 horas; sin embargo, continuaron los combates, que ya dejan casi 200 muertos y miles de heridos.
El conflicto enfrenta al jefe del ejército, general Abdel Fatah Burhan, líder de facto del país, y su antiguo número dos, general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como Hemedti, jefe del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). La pugna entre ambos, latente durante semanas, explotó por el desacuerdo sobre cómo integrar a los paramilitares de las RSF en las tropas regulares.
Tras hablar con el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, el general Daglo anunció que aprobó “un alto el fuego de 24 horas”, momentos después de que el ejército indicó que también acatarían la tregua, pero a la hora acordada, las seis de la tarde, el estruendo de los combates continuaba en diferentes barrios de Jartum, de acuerdo con varios testigos.
Las RSF acusaron al ejército regular de “violar la tregua”, mientras sus propios hombres seguían disparando con armas pesadas en las calles, según los testigos.
El portavoz de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Stéphane Dujarric, afirmó que los combates seguían sin señales de disminución temporal para abrir caminos seguros al paso de civiles y sacar a los heridos.
Mientras, aviones al mando del general Burhan –al frente del país desde el golpe de Estado de 2021 que apartó del poder a los civiles– apuntaban a los cuarteles generales de las RSF, dispersos por toda la ciudad.
Los ataques aéreos ya afectaron a cuatro hospitales en Jartum, y en todo el país al menos 16 están fuera de servicio, dio a conocer un grupo de médicos.
En la capital, la mayor parte de los habitantes están confinados en sus hogares, sin electricidad ni agua corriente.