Nuevo Laredo, Tamps., Luis Adán Rodríguez, pareja sentimental de la joven de 15 años embarazada que murió baleada a manos de elementos de la Guardia Nacional (GN) –al igual que el bebé que esperaba, y Felipe García, de 54 años de edad–, aseguró que luego de disparar contra la camioneta en la que él viajaba con los ahora finados y otras dos personas (una de ellas menor de edad), los uniformados les indicaron que debían huir del lugar del ataque o les darían muerte.
El sobreviviente pidió, por conducto de la organización civil Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que no quede impune la agresión en la cual los oficiales de la GN dispararon en más de 86 ocasiones.
Por la acometida directa, perpetrada en el kilómetro 8 del libramiento Mex 2, que dejó tres muertos, se encuentran hospitalizados Luis Adán, así como Verónica Patricia Treviño, de 24 años, y un adolescente de 14 años de edad.
Luis Adán narró que el domingo pasado a las 9 de la mañana salió con su pareja y amigos para ir a un convivio en una camioneta Chevrolet Suburban 2001 con placas de Texas, las que, acusó, fueron sustraídas por integrantes de la GN.
Indicó que mientras transitaban de sur a norte, observó que una patrulla de la GN los seguía y “comenzamos a escuchar varios disparos; intentamos ponernos a salvo y pasamos al carril contrario a la circulación del Mex 2”.
Por esta maniobra perdió el control de la camioneta, chocó contra un barandal divisor de carril y luego contra muros de contención.
“Después de que se dio este impacto, los jóvenes siguieron escuchando disparos y cuatro de ellos bajaron de la camioneta para ponerse a salvo. Pero antes de eso los rodearon tres elementos de Guardia Nacional y les gritaron que corrieran, porque de otra manera los iban a matar”, afirmó Raymundo Ramos, presidente del CDHNL.
“Intenté correr brincando una cerca de púas, y cuando volteé a ver a mis amigos estaban todos tirados, luego busqué a mi señora (la adolescente embarazada) y sólo escuché que me gritaba ‘¡Wicho, me dieron, Wicho!’, y le pregunté: ‘¿Estás bien?’
“Cuando me dirigí hacia ella estaban los militares de la Guardia Nacional como a metro y medio; yo me iba acercando, iba sangrando y los militares me gritaban: ‘¡No te acerques, culero! ¡Te vamos a matar!’
“Les dije: ‘Oigan, pero no traigo nada. Ayúdenme, por favor, mi señora está embarazada’ y nomás se nos quedaban viendo. La abracé y luego se arrimaron a la troca y se fueron los de la Guardia Nacional”, relató.
Ramos expuso que “una vez que se dieron cuenta los elementos de Guardia Nacional de que no había armas, drogas ni alguna situación ilegal, abandonaron a los jóvenes, no les prestaron auxilio”.
Pidió al presidente Andrés Manual López Obrador; al secretario de Gobernación, Adán Augusto López; a Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, y a la CNDH que se realice una investigación exhaustiva e imparcial “para que esta nueva agresión por parte de la Guardia Nacional no quede impune”.
En tanto, la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió a las autoridades investigar las muertes de manera independiente, según los estándares más altos de la debida diligencia y lo estipulado en el Protocolo de Minnesota sobre la investigación de decesos potencialmente ilícitos.