En México se generan alrededor de 42 millones de toneladas de basura al año, lo que equivale a 175 veces el volumen de la Pirámide del Sol de Teotihuacan y 231 veces el del estadio Azteca, el más grande de México, según información de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); sin embargo, de esa cantidad de residuos sólo se recicla 7 por ciento.
Además, casi 90 por ciento de los 2 mil 338 sitios de disposición final que hay en el territorio nacional no cumplen con las especificaciones de protección ambiental establecidas en la norma oficial mexicana NOM 083 Semarnat 2003, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Con base en los datos de la Semarnat, serían 115 mil toneladas de desperdicios las que se producen a diario en el país; no obstante, las cifras varían según diferentes fuentes consultadas. José Raúl García Barrios, economista e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en recursos naturales, refiere que se llega a 120 mil toneladas.
En tanto, el más reciente Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales de la Ciudad de México, que dio a conocer el Inegi en 2021, precisa que la recolección de residuos sólidos asciende a 106 mil 523 toneladas al día.
Tomando como referencia este último indicador, son mínimo 850 gramos de desechos los que se generan por persona, cantidad que podría y “debería” ser menor si en México el reúso de materiales fuera una constante, lo cual no sucede, pues sólo 7 por ciento de estos residuos se reciclan, afirma García Barrios.
Las estadísticas del Inegi indican que en México hay 2 mil 338 sitios de disposición final de basura, de los cuales 89.8 por ciento carecen de un sistema de control de biogás (el cual se genera de la biodegradación) y a 84.26 por ciento les hace falta un procedimiento de captación y concentración de lixiviados (líquidos residuales).
Además, sólo 50.89 por ciento cuentan con proceso de compactación y cubrimiento de los desechos con tierra; mientras, 72.11 por ciento no tiene un método de impermeabilización para evitar la filtración de contaminantes.
El informe del Inegi arrojó que 47 por ciento de los residuos sólidos generados en México se concentran en seis entidades: la capital del país (14.05), estado de México (11.22), Jalisco (7.21), Veracruz (5.50), Nuevo León (4.84) y Guanajuato (4.28).
En el caso de la entidad mexiquense, la más poblada, con más de 17 millones de habitantes, a diario se recogen 17 mil toneladas de basura; pero sólo hay 14 rellenos sanitarios que cumplen con todos los requisitos legales para el manejo y disposición de desperdicios.
En Jalisco, el principal problema en este rubro es que el área metropolitana de Guadalajara, que es la segunda más grande del país y está conformada por nueve municipios, no cuenta con un sitio adecuado de disposición final regional común donde confinar las 5 mil toneladas de desechos que se recolectan al día en la zona.
Otro de los estados que producen más residuos sólidos es Veracruz, con más de 6 mil toneladas diarias, pero sólo 55 por ciento de esos desechos son llevados a algún relleno sanitario (los que cuentan con métodos para reducir el impacto ambiental); el resto termina en tiraderos a cielo abierto (sin planeación técnica), como el de Las Matas, considerado el más grande del país, informó Juan Carlos Contreras Bautista, secretario de Medio Ambiente estatal.
El funcionario advirtió que en el estado hay 119 vertederos cerca de ríos o barrancos, lo que significa un “grave riesgo” para los cuerpos de agua y si “no se hace una clausura de estos sitios, el líquido de las cuencas se va a contaminar de metales y sustancias peligrosas”.
Nuevo León: la empresa estatal, en la mira
En cuanto a Nuevo León, desde hace más de tres décadas el estado cuenta con el Sistema Integral para el Manejo Ecológico y Procesamiento de Desechos (Simeprode), que es una empresa del gobierno cuya función es el acopio, recepción, almacenaje, aprovechamiento, reciclaje, procesamiento, comercialización y disposición final de residuos sólidos urbanos y de manejo especial, bajo la observación de las normas ambientales.
La mayoría de la basura que se recoge en los municipios (unas 5 mil toneladas diarias) se lleva a sus instalaciones (212 hectáreas) en la localidad de Salinas Victoria y se separa; “cuenta con un sistema para producir energía eléctrica a base de biogás”, detalló el diputado local morenista Waldo Fernández.
Sin embargo, explicó el legislador, hay una iniciativa de ley ya dictaminada en el Congreso local, que no ha sido votada en el pleno, para quitar el “monopolio” a Simeprode, a fin de que se permita que los ayuntamientos tengan sus propios centros de transferencia; “pero imagínate en los 51 municipios del estado el desmadre que se va a armar: van a terminar siendo tiraderos clandestinos”, subrayó.
Celso Lugo, secretario del Trabajo del Sindicato de Simeprode, recalcó que Nuevo León es uno de los pocos estados que tienen un sistema de este tipo, con el que además se produce energía eléctrica, por lo que consideró que disolver este organismo “sumiría a la entidad en un caos”.
Guanajuato: fallas en la recolección
En Guanajuato, 43 de los 46 municipios de la entidad cuentan con un sitio de disposición final de residuos, pero en las principales ciudades, como la capital del estado y León, hay problemas con la recolección.
En la cabecera municipal de Guanajuato y las 83 comunidades de la demarcación –donde habitan 193 mil personas y se generan hasta 100 toneladas de basura al día–, la Dirección de Servicios Públicos cuenta con 19 unidades, dos compactadores, 17 camionetas, 255 contenedores y nueve tolvas para prestar el servicio, pero la mayoría de esa infraestructura está en mal estado.
En León, la ciudad más grande de la entidad, con 2 millones de habitantes que desechan a diario mil 600 toneladas de materiales, también hay inconvenientes. Hasta el principio de la administración que encabezó la priísta Bárbara Botello (2012-2016), pequeños y medianos concesionarios se encargaban de recoger los desperdicios todos los días.
No obstante, cuando en ese sexenio el ayuntamiento contrató a las empresas Red Recolector y GISA, el servicio comenzó a prestarse cada tercer día. El panista Héctor López Santilla revocó en su gestión (2016-2018) la concesión a Red Recolector para otorgársela a PASA, que también está encargada del relleno sanitario.
Desde entonces el servicio es deficiente, los camiones no pasan en un horario fijo o no lo hacen, por lo que es común ver calles llenas de basura y terrenos baldíos convertidos en tiraderos clandestinos.
Con información de Israel Dávila, Silvia Chávez, Juan Carlos G. Partida, Eirinet Gómez, Raúl Robledo yCarlos García, corresponsales