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2023-04-18 06:00

La reforma garantiza el pago de las pensiones a futuro, reitera Macron

Protesta ayer en Rennes, Francia, contra la reforma al sistema de pensiones del presidente Emmanuel Macron. En el cartel de un manifestante se lee: Luis XVI, temporada 2. Cuidado, se va a cortar!!!
Protesta ayer en Rennes, Francia, contra la reforma al sistema de pensiones del presidente Emmanuel Macron. En el cartel de un manifestante se lee: Luis XVI, temporada 2. Cuidado, se va a cortar!!! Foto Afp
Periódico La Jornada
martes 18 de abril de 2023 , p. 24

Madrid. El presidente francés, Emmanuel Macron, aseveró anoche que escucha la “ira” en las calles contra su impopular reforma a las pensiones, la cual defendió al señalar que “estos cambios son necesarios para garantizar las jubilaciones en el futuro”.

No hizo concesión alguna ni con la oposición política, que sigue pidiendo que se realice un referendo, ni con los sindicatos, que se mantienen en pie de guerra en las calles. El discurso del mandatario coincidió con cacerolazos y protestas en todo el país en repudio a sus palabras, informaron medios locales.

En muchas ciudades, los opositores a la ley de pensiones salieron a las calles a golpear cacerolas durante el discurso a la nación que dirigió Macron, al grito de: “¿Macron no nos escucha? ¡No lo escucharemos!”, informó Ap.

En París, las concurrencias se tornaron rápidamente en protestas espontáneas en varios barrios; algunas personas prendieron fuego a contenedores de basura al tiempo que la policía intentaba dispersar a la multitud. Cientos también comenzaron a marchar en Rennes y Nantes, ciudades de la zona oeste.

En muchos otros lugares de Francia, las protestas se realizaron en forma pacífica con manifestantes cantando y bailando frente a los ayuntamientos al son de cacerolas y ollas que usaban como tambores. Muchos rechazan los cambios al considerarlos injustos y argumentan que el gobierno pudo haber optado por aumentar los impuestos a los ricos o a los empleadores.

En una esperada comparecencia en horario estelar de televisión, que apenas duró 15 minutos, Macron reconoció que su reforma generó “cólera” y “no ha sido aceptada” por la mayoría de la ciudadanía, no sólo por las numerosas y masivas protestas de los últimos meses –12 movilizaciones nacionales, huelgas generales y paros laborales permanentes en los últimos cuatro meses–, sino también por lo que dicen los sondeos, que advierten que más de 68 por ciento está en contra.

“La reforma era necesaria. ¿Ha sido aceptada? Es evidente que no”, reconoció el gobernante.

Macron promulgó la madrugada del sábado el plan de reformas, que aumenta la edad de jubilación de 62 a 64 años, luego de que el Consejo Constitucional validó la mayor parte del texto presentado. Con este aval, que incluyó la ratificación del proceso legislativo, al invocar el artículo 49.3 constitucional, Macron se saltó a la Asamblea Nacional

Con gesto serio y desde la residencia oficial del Elíseo, el mandatario conservador advirtió: “nadie puede permanecer sordo a esta reivindicación de justicia social, pero es necesario negociar un nuevo pacto para abordar las condiciones en el trabajo.

Promete mejor reparto de la riqueza

“Gradualmente, trabajar más significa también producir más riqueza para todo nuestro país”, agregó, y prometió un “nuevo pacto sobre la vida en el trabajo”, que abordará la “mejora de ingresos” y de las condiciones laborales y un “mejor reparto de la riqueza”, entre otros aspectos.

Su objetivo es construir este pacto con los sindicatos, a los que dijo que su puerta estará “siempre abierta”, pese a que durante el trámite parlamentario de la reforma rechazó reunirse con ellos, como le pidieron en una carta, indicó Afp.

Insistió en que se propuso “recibir el martes a los sindicatos y la puerta estará abierta para una serie de negociaciones sobre los temas esenciales: mejorar la remuneración, el reparto de la riqueza y la mejora de las condiciones de trabajo”.

Pero los principales sindicatos ya le advirtieron en días previos que no piensan volverse a sentar a negociar ni con él ni con su gobierno hasta que se retire la reforma. En caso contrario, continuarán con sus movilizaciones; de hecho, la próxima gran protesta está fechada para el 1º de mayo.

Después de hacer un balance triunfalista de su gestión, Macron instó a las fuerzas políticas de oposición y a los sindicatos a dialogar y tejer “alianzas” para la “construcción del futuro de Francia”.

Anunció que a partir de ahora se abren “100 días de calma” hasta el próximo 14 de julio, cuando habrá un nuevo “balance” de la situación.

Las palabras de Macron fueron recibidas con repulsa por parte de la ciudadanía.

Francia vive una crisis política y social desde enero por esta reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.

El secretario general del principal sindicato, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, valoró en directo para la televisión BFM-TV las palabras de Macron, que a su juicio se quedaron “en una especie de vacío, sin nada concreto, con poca empatía y mostrando que no ha comprendido el estado del país”.

La líder de la Confederación General del Trabajo, Sophie Binet, advirtió que sin marcha atrás en las pensiones “no habrá retorno a la normalidad y las movilizaciones continuarán”.

El mandatario, fuera de la realidad: Mélenchon

En términos políticos, desde la formación de izquierda Francia Insumisa se está sopesando presentar una moción de censura. El fundador de este partido, Jean-Luc Mélenchon, acusó: “surrealista Macron; completamente desconectado de la realidad asume el robo de dos años de libertades. Las cacerolas suenan más certeras”, publicó en redes sociales.

Del lado del Partido Socialista, su secretario general, Olivier Fauré, acusó a Macron desde su cuenta de Twitter de ser un “presidente incendiario” y que “desde el palacio de los empantanados, el presidente pirómano promete 100 días para apagar el fuego que alimenta a diario”.

La líder del partido opositor Agrupación Nacional, la ultraderechista Marine Le Pen, acusó a Macron de que “en lugar de restablecer el vínculo con la ciudadanía, ha vuelto a darle la espalda e ignorar su sufrimiento”. Y añadió que “esta práctica de ejercer el poder de forma desconectada, solitaria y obtusa marca la continuación de un quinquenio de desprecio, indiferencia y brutalidad que tendrá que salir tras acudir a las urnas”.

El presidente del grupo parlamentario derechista Los Republicanos, Eric Ciotti, también criticó el mensaje, al comentar que no dijo “nada nuevo”.

En abril de 2022, Macron ganó la relección con 58.5 por ciento de votos frente a la ultraderechista Marine Le Pen. Consciente de que su victoria se debió en parte al cordón sanitario contra su rival, prometió gobernar de otra manera y unir al país.

Pero las encuestas muestran un deterioro de la confianza en Macron, cuya popularidad se sitúa por debajo de 30 por ciento, así como un avance en intención de voto de Le Pen, para quien el mandatario “dio de nuevo la espalda” a los franceses con el discurso de anoche.

Con información de Ap y Afp

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