Miami. Una investigación externa determinó que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, mostró mal juicio al sostener una relación romántica con una empleada más joven, pero que no la favoreció en cuestiones salariales ni con decisiones personales, según una copia de la revisión a la que The Associated Press tuvo acceso.
Las conclusiones sobre el comportamiento de Almagro aparecen en un reporte de 121 páginas que se entregó ayer a los estados miembros de la OEA. Y aunque el documento no lo absolvió de todos los señalamientos, el aludido afirma que pone fin a un tema que ha dividido a los gobiernos regionales.
“En todo momento actué con la máxima transparencia, poniendo primero los intereses de la organización y respetando las normas”, declaró Almagro en una respuesta de 10 páginas que se incluyó con el reporte. Una persona compartió una copia del documento con la agencia Ap bajo la condición de mantener el anonimato.
La investigación comenzó luego de que Ap reveló en octubre pasado que Almagro, de 59 años, sostuvo una relación con una colaboradora mexicana 20 años más joven que él, cuestión que si bien fue prácticamente pública, era considerada por algunos integrantes del organismo como el regreso a una época de machismo en un lugar de trabajo.
La pesquisa, realizada por el despacho de abogados Miller & Chevalier, con sede en Washington, responsabilizó a Almagro por permitir que la mujer –a quien la Ap no identifica por su nombre a solicitud de la OEA– se denominara “asesora” del secretario general, a pesar de que no le reportaba directamente él y de que ese título estaba reservado a un puñado de colaboradores.
La mujer también acompañó a Almagro en 42 de los 92 viajes oficiales que realizó durante los casi cuatro años que duró su relación.
La investigación no halló pruebas de que Almagro influyera en los aumentos salariales de la mujer, que eran proporcionales a las evaluaciones positivas de su rendimiento, algunas de ellas anteriores a su relación con Almagro.
Además, según los investigadores, la pareja tomó las “debidas precauciones” para no infringir ninguna norma, e incluso presentó en marzo de 2022 una declaración de conflicto de intereses en la que se afirmaba que su relación no obstaculizaba sus obligaciones laborales. Poco después rompieron y la mujer tomó una licencia sin goce de sueldo.