Petróleos Mexicanos (Pemex) entregó a la Cámara de Diputados el informe anual 2022 de Pemex Exploración y Producción, el cual incluye los costos y gastos de cada campo de extracción de hidrocarburos, con el que se determina el derecho de utilidad compartida.
Para alcanzar la meta de producción de 2023, la empresa planea perforar 358 pozos y con este objetivo adquirió 20 por ciento más de equipo de perforación.
En 2023, según las cifras del gobierno federal y de la petrolera, la plataforma de producción se estima en un millón 877 mil barriles al día, y para el cierre del actual sexenio se espera que sea de un millón 914 mil barriles al día.
Durante 2022, se perforaron 160 pozos productivos, lo que significó un aumento anual de 26.5 por ciento respecto de los 128 que se perforaron en 2021.
Para conseguir sus objetivos de producción y de incorporación de reservas, la petrolera mexicana compró 10 equipos terrestres Drillmec de 3 mil caballos de fuerza cada uno, con una inversión de 547 millones de dólares, además de la renta de 10 equipos adicionales.
Los equipos se suman a los 101 con los que la empresa operó durante 2022 y, de esta manera, cuenta ya con 121 para 2023, cuando se tiene planeado incrementar esa actividad 77.3 por ciento respecto de los 199 pozos perforados el año anterior.
Se trata del mayor número de pozos que se han perforado en lo que va de la administración, según Pemex.
La Mesa Directiva de la Cámara de Diputados envió el informe a la Comisión de Energía y la empresa explicó que lo entregó en tiempo y forma para cumplir sus obligaciones en términos de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos y de la reforma energética de 2013, que la obliga a las actividades de exploración y extracción de petróleo y demás hidrocarburos, mediante asignaciones a empresas del Estado o a través de contratos con particulares.
La empresa reportó que en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, la perforación de pozos es el área en la que se han alcanzado mejores resultados y ejemplificó con el campo Yaxché, donde los tiempos de perforación se han reducido tres veces desde 2019.