Abu Dabi. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, volvió a proponer ayer la creación de un grupo de países no implicados en la guerra entre Rusia y Ucrania para mediar por la paz, al afirmar que discutió el asunto con su par chino, Xi Jinping, a principios de esta semana.
“Creo que tenemos que sentarnos a una mesa y decir: ‘ya basta, empecemos a hablar’, porque la guerra nunca trajo ni traerá algún beneficio a la humanidad”, sostuvo Lula, quien ha sido crítico hacia Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por su papel en el conflicto.
El presidente brasileño declaró a la prensa en Abu Dabi, donde terminó una gira por Asia, que busca reunir a un grupo de líderes que “prefieran hablar de paz antes que de guerra”.
“Con la crisis financiera de 2008, rápidamente creamos el G-20 para salvar la economía; ahora es importante crear otra especie de G-20 para acabar con la guerra”, comentó en la capital de Emiratos Árabes Unidos, de acuerdo con el portal de noticias G1.
El mandatario citó a Xi y al presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Nahyan, con quienes se reunió esta semana.
Lula ya había dicho que el grupo debía reunir a países que no “alientan” la guerra, y añadió que se debe convocar a las naciones que suministran armas a que dejen de hacerlo.
Estados Unidos y la UE han suministrado armas y otras ayudas a Ucrania desde la invasión rusa hace más de un año. Al parecer, Alemania pidió a Brasil a principios de año que también suministrara armas, pero Lula se negó.
El presidente de izquierda repitió que la decisión de empezar la guerra “fue tomada por dos países”, en lo que fue interpretado como un señalamiento también a Ucrania, y añadió que poner fin al conflicto será más difícil, ya que habrá que persuadir a más naciones.
“La construcción de la guerra es más fácil que la salida de ésta”, señaló en última escala del viaje internacional que tuvo como destino principal China.
Lula sostuvo una llamada con el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, a principios de año. Su gobierno recibirá hoy en Brasilia al canciller ruso, Serguei Lavrov.
Para Estados Unidos las declaraciones de Lula resultan “indignantes”, según el diario Folha de Sao Paulo. “A pesar de declararse neutral en la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, Brasil parece haberse alineado claramente con China y Rusia”, aseveraron funcionarios estadunidenses entrevistados por Folha, quienes afirmaron: “los brasileños no sólo no han valorado el equilibrio en sus posiciones, sino que han adoptado una clara oposición a Washington”.
“No estamos presionando a Brasil a no tener relaciones con el gobierno de Xi Jinping o a elegir a uno de los dos países, ya que Estados Unidos también tiene grandes intercambios con China”, aclararon las fuentes, pero destacaron que Lula, su canciller Mauro Vieira y el asesor especial del mandatario Celso Amorim “han adoptado un tono de antagonismo con Estados Unidos”.
Consideraron de lo “más problemática” la visión de Lula de que Washington es un obstáculo para la paz, y que China y Rusia son los que van a finalizar la guerra.
Lula reiteró que con esta exitosa gira, Brasil volvió a la “civilización”, y no regresó a su país con las manos vacías. Estimó en 62 mi 500 millones de reales (12 mil 700 millones de dólares) los acuerdos suscritos con la República Popular China y Emiratos Árabes Unidos.
“Regreso con la certeza de que reabrimos las puertas del mundo a nuevos avances para nuestro país”, tuiteó Lula.
En China, las dos partes firmaron 15 acuerdos, entre ellos memorandos de entendimiento sobre cooperación industrial, en investigación e innovación, tecnologías de comunicación, promoción de inversiones, desarrollo social y rural y la lucha contra el hambre y la pobreza, cooperación espacial y certificación electrónica de productos de origen animal, entre otros.
Durante la visita del presidente brasileño a Emiratos Árabes Unidos, el gobernador del estado de Bahía, Jeronimo Rodrigues, firmó un memorando de entendimiento con el fondo financiero Mubadala Capital, de Abu Dabi, que se comprometió a invertir 12 mil millones de reales en 10 años en la construcción de una planta de diésel verde y queroseno para una aviación sostenible.