En 2022, con Vicente Fox como presidente de México, se dio a conocer la quiebra del Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural) debido a malos manejos que ocasionaron que su operación se volviera inviable. El objetivo de la institución, catalogada como banco de desarrollo, era otorgar financiamiento y apoyar el desarrollo del sector agrícola nacional.
La institución se transformó en lo que hoy se conoce como la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), entidad que nuevamente está apunto de desaparecer, por iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, ante una cartera vencida que es ocho veces superior al promedio de la banca de fomento.
Sin embargo, el bajo financiamiento y los escasos apoyos al campo y al sector agrícola mexicano son una herencia que proviene de gobiernos anteriores, problema que prácticamente no era mencionado y hoy puede decirse que queda en manos de la banca privada y de un fideicomiso del Banco de México (BdeM).
“Los problemas del campo vienen de gobiernos anteriores, mucho antes, incluso, que el de Vicente Fox. Lo que se requiere es una política agraria, no dar solamente apoyos a la actividad en general”, comentó Arturo Huerta González, profesor del posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Vicente Fox indicaba que bajo su mandato se crearían una serie de instituciones financieras no bancarias que tendrían como principal objetivo desarrollar las actividades agrícolas para integrar el campo al desarrollo nacional.
Durante su administración la economía tuvo un crecimiento promedio de 1.9 por ciento, y de forma específica, el sector agropecuario, se expandió a un ritmo de 2.5 por ciento. Sin embargo, en este sexenio, quebró Banrural.
Luego, el PND de Felipe Calderón mencionaba las altas necesidades que tenía el sector rural de medios de financiamiento, motivo por el cual se planteó en un principio otorgar créditos a productores con mecanismos de garantías y con tasas preferenciales.
No obstante, durante este sexenio se enfrentó la llamada “crisis de la tortilla”,,durante 2007, y también se dejó de asignar el suficiente presupuesto a los programas sociales que tenían como principal objetivo el apoyo al campo.
Al tomar las riendas del país, Enrique Peña Nieto aseguraba que el sector agropecuario mexicano se encontraba en una crisis de estancamiento, sin avances y sin desarrollo, motivo por el cual se buscaba poner en marcha una política que fomentara el apoyo al sector rural.
Boquete de 3 mil 788 mdd
Ahora se sabe que durante su mandato se dejó un boquete de 3 mil 788 millones de pesos en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), según una serie de 17 auditorías realizadas entre 2017 y 2018.
El presidente López Obrador explicó en su Plan Nacional de Desarrollo que el sector agrario “ha sido uno de los más devastados por las políticas neoliberales. A partir de 1988 se destruyeron mecanismos que resultaban fundamentales para el desarrollo agrario, se orientó el apoyo público a la manipulación electoral y se propició el vaciamiento poblacional del agro”.
Por este motivo, se han puesto en marcha una serie de seis acciones para rescatar al campo. Además, con la desaparición de la FND, propone que los créditos se otorguen de forma directa a los productores de las actividades primarias de la economía.
Cifras de la Banco de México (BdeM) demuestran que la banca comercial, hasta febrero de este año, cuenta con una cartera vigente para préstamos empresas y actividades productivas de 2 billones 924 mil 808 millones de pesos, de los cuales, solamente 123 mil 219 millones, el equivalente a 4 por ciento, son destinados a actividades agrícolas, silvícolas y pesqueras.
Se trata de un segmento del financiamiento que comenzó a otorgarse desde 2009. De hecho, en enero de este año alcanzó su nivel más alto, con una cifra de 125 mil 488 millones de pesos.
“El problema es que los bancos no otorgan créditos a este sector porque no son clientes con garantías o porque suelen tener problemas financieros; no tienen, por así decirlo, garantizado el pago y no les resulta redituable”, apuntó Arturo Huerta.
Fira, la opción
Hoy en día, un programa que ha sido redituable para otorgar financiamiento al sector primario de la economía son los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira).
Se trata de cuatro fideicomisos que tienen el carácter de entidades de la administración pública, en los que funge como fideicomitente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y como fiduciario el Banco de México.